Nos visitan del mundo

domingo, 24 de octubre de 2010

Entre Marihuanos te veas

HUELGA NACIONAL DE UNA SEMANA DE CONSUMO DE MARIHUANA POR SU LEGALIZACIÓN Y PARA SANCIONAR LAS MUERTES HUMANAS POR SU TRÁFICO.

 

En los años 40 la Marihuana no era ilegal. Era una adicción muy mal vista por la sociedad, pero no era ilegal. No había ni la cantidad de adictos, ni las mafias que traficaban con narcóticos, tampoco los muertos que por todos lados se ven en México. Alguna historia escuché por allí, no sé si sea cierta o no que cuenta como Tin Tan, el cómico, salió de una función y en lo que ahora es eje central, iba a comerse unos tacos. Al final de su cena, sacaba un carrujo de marihuana y se lo fumaba.

La ilegalización de la marihuana a finales de los años 30 se extendió a México y las legislaciones mexicanas se han convertido en las más duras del continente. La Guerra iniciada con el Presidente Calderón ha costado, según cifras oficiales más de 30 mil muertos.

Pero aquí no hablaré de la legalización o no de la marihuana, ni siquiera del narcotráfico. Lo que referiré es como la marihuana ha sido algo que siempre he escuchado y observado desde que era un niño. Los adolescentes de mi barrio comenzaron a usarla desde finales de los 60, causando alarma y preocupación entre los adultos. Las historias de consumo en las esquinas, que eran como los puntos de reunión y la oposición de los adultos no solucionaron el problema, los jóvenes del barrio siguieron fumando marihuana.

Más tarde en mi propia adolescencia, la marihuana fue algo cotidiano en la escuela, dónde abundaban fumadores. Personalmente ni le entré, pero la convivencia con los consumidores me hicieron desmitificar y reconocer los ámbitos del uso y lo que se decía en torno a él como algo no congruente. Una parte importante de mis compañeros la consumieron y algunos terminaron siendo personas muy relevantes, sin que hayan sufrido daños severos.

Yo no consumí marihuana en el pasado, simplemente porque no me latía, pero creo que como otras penalizaciones de actividades que se consideran ilegales, debería pensarse ya en el beneficio de la sociedad. Si la gente no deja de fumar marihuana es por algo, deberíamos comenzar a pensar en convertir el problema en un asunto de salud y no de leyes.

Hoy tampoco consumiré marihuana, no porque me asuste o porque me trague todos los cuentos que se dicen en torno a la misma, sino porque sencillamente es una cuestión ética en este momento que en mi caso me llama a la consciencia. Consumir marihuana en este momento es hacerle el juego a los sicarios, a los traficantes, a los funcionarios que los protegen, a los empresarios que se enriquecen con ello y a los miles de muertos que entre atrocidades matan hombres, mujeres y niños. Estoy por la legalización de la marihuana, pero no estoy por la muerte de las personas, mientras la marihuana sea ilegal, tirémosles el negocio con una huelga nacional de consumo de marihuana por la legalización y en contra de los muertos. Si apagamos focos por la energía, ¿por qué no por los seres humanos?

domingo, 17 de octubre de 2010

Entre sindicalistas te veas II

Desinformación.

Uno de los rasgos de la embestida del actual gobierno mexicano es confundir a la sociedad tratando de meter a todas las organizaciones sindicales en el mismo saco. Hablan de la corrupción y del corporativismo como algo que se debe acabar, pero, al mismo tiempo, protegen organizaciones sindicales corporativas y líderes corruptos, a cambio de golpear a organizaciones gremiales que se han distinguido por ser diferentes.

Para quienes tienen memoria la lucha contra el régimen de partido hegemónico del PRI tuvo como campo muy importante de batalla la lucha por la libertad sindical en los años 70. Los propios electricistas entre 1975-1976, el sindicato minero de Cananea, los sindicatos universitarios, la huelga de Spicer, fueron ejemplos del intento de romper con el control sindical y abrir la opción de la libertad sindical y la afiliación voluntaria.

Los maestros de la sección IX, XXII, entre otras se movilizaron para acabar con el control corporativo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Curiosamente, el PAN, que tanto habla de corporativismo, de corrupción, protege de manera evidente, sabida en la vox populi mexicana a Elba Esther Gordillo, lider del sindicato corporativo más grande del país el SNTE. Este sindicato le ayudó a Calderón a obtener el poder.

El proceso de democratización nacional es impensable sin las movilizaciones sindicales de los años 70 y 80. Fue el sector de trabajadores una de las fuerzas más importantes que reclamaron democracia para el país. Cuando el PAN era una fuerza minoritaria que no amenazaba con el cambio, cuando  pactaban con el poder. Los trabajadores mantenían la demanda y la lucha por elegir las dirigencias de las organizaciones.

Pero ahora nos vienen los panistas con las mentiras más flagrantes cuando nos afirman que los trabajadores asalariados organizados en sindicatos son privilegiados y al mismo tiempo los funcionarios se asignan sueldos que llegan a los 36,202 dólares mensuales, cuando un empleando base gana no más de 483 dólares al mes.

Un electricista ganaba en promedio 724 dólares mensuales. La prensa controlada por el régimen comparaba esos más de 700 con los poco menos de 500 para salir con la cantaleta que esos trabajadores eran privilegiados. Un funcionario del régimen gana miles de dólares mensualmente y ello sin contar con sus bonos especiales.

Recientemente se secuestró a un jóven de apellido Marti, hijo de un empresario. En el secuestro estuvo involucrada una policía federal que percibía más de 5,600 dólares al mes. Ella montó un retén policíaco dónde detuvieron la camioneta del hijo del empresario.

Policías y políticos de alto nivel tienen sueldos altísimos. Ellos son los que pregonan que los sindicatos son privilegiados. Es un verdadero insulto a la inteligencia

sábado, 9 de octubre de 2010

Entre sindicalistas te veas

Sindicatos y patrones en México HOY.

Para Paty con quién discuto mucho el papel de los sindicatos.

Fue hasta que llegó un gobierno del Partido Acción Nacional PAN que comencé a escuchar de manera reiterada que los sindicatos, es decir este organismo que agrupa trabajadores para la defensa de los derechos de los trabajadores, son organismos que defienden a los flojos.

Me parece absurdo, en mi experiencia existe de todo, quienes trabajan mucho y quienes trabajan menos y buscan eludir por alguna razón sus obligaciones. Pero, no son todos, no es la flojera una situación ni mucho menos general, sino más bien acotada.

En los centros de trabajo por los que me ha tocado atravesar como trabajador asalariado observo que esto del trabajador flojo que elude el trabajo por pertenecer a un sindicato es un estereotipo, una falacia que se produce sobre todo entre los que no trabajan en muchos casos, los funcionarios medios y mayores.

Un trabajador tiene en México un horario, tiene que llegar a una hora determinada y no puede irse hasta después de una hora establecida. Son ellos los empresarios y funcionarios los que delegan a los capataces o supervisores, los que llegan mucho después y se van mucho antes que todo trabajador promedio. No saben aprovechar en muchos casos las horas de trabajo y quieren extender la jornada cuando su falta de planeación los llevó a tener que sacar el trabajo urgentemente. Los empresarios en México quieren más horas y las quieren gratis, las obtienen sobre todo cuando los trabajadores están desamparados y no les respetan sus derechos, algo muy común en nuestro país.

¿Por qué mientras en los Estados Unidos la fuerza laboral mexicana es reconocida como de mucho trabajo, en México los empresarios tildan de flojos a sus trabajadores?

Es un contrasentidoTrabajadores mexicanos, los trabajadores mexicanos son muchas veces los mismos aquí y en temporadas en los Estados Unidos. Los estudios recientes nos demuestran que los trabajadores ya no emigran por falta de empleo, sino que emigran a pesar de tener empleo. La razón son los trabajos precarios y la actitud de destrucción del trabajo que tienen los empresarios de este país, al cobijo de la ideología de la democracia cristiana (católica).

Los empresarios católicos mexicanos son los peores empresarios del mundo. Neófitos, poco trabajadores, abusivos, malos como ellos solos para acumular capital. Reprochan el dizque "populismo" del gobierno porque quieren ellos todo el pastel, no reconocen el valor del capital trabajo, ni aprecian la potencialidad del trabajo y mucho menos reconocen a los trabajadores. Los menosprecian, son racistas y prepotentes en su trato. No existe diferencia entre el trato que se da en el extranjero al trabajador mexicano y el trato que le dan los empresarios mexicanos al mismo trabajador, la diferencia es que en Estados Unidos pagan más.

Hoy los empresarios saquean al Estado, quieren subsidios, no quieren pagar impuestos, de hecho los más grandes no los pagan, quieren que el Estado les de todas las ventajas y todas las prerrogativas y quiere además que el Estado sea la palanca de eliminación del único medio de defensa que tienen los trabajadores en una lógica de empresas, el sindicato.

¿Son los sindicalistas unos flojos?

La respuesta correcta es algunos, la mayoría no e  incluso algunos son sumamente comprometidos y trabajadores. El sindicato no es sinónimo de corrupción, depende de cuál, depende de dónde y depende de su funcionamiento.

En mi vida he atravesado por trabajos que tienen sindicatos y trabajos dónde no existen. Sinceramente, sin ideología, les puedo decir que en materia de trabajo fue igual, se trabajaba lo mismo se tenían las mismas presiones, la diferencia es que dónde existe sindicato, al menos dónde  yo trabajé, no era fácil que se pasaran de listos con uno.

Por lo regular, dónde no había sindicato, la fuerza era mucho más volátil, cuando comenzaban los problemas, lo que tenías que hacer es cambiarte de trabajo.

En dónde no hay sindicato sobrevives mientras haya oferta de trabajo, cuando esa oferta no existe los trabajadores terminan en la informalidad.

Parte de los recursos de los trabajadores son la emigración. De mis vecinos, la mayoría ha chambeado (trabajado en el argot mexicano) en los Estados Unidos. Un vecino que maneja un Taxi, me llevó al aeropuerto pues tenía que viajar yo a Norteamérica a un evento. Me dio muchos tips, conocía Chicago, conocía el Canadá. Había trabajado al tu por tú, en las empresas norteamericanas y canadienses. Muchos de mis vecinos tienen estas características.

Un sindicalista no le gusta a un empresario católico panista porque no cubre el perfil de sumisión. Conoce sus derechos, no le da la razón, lo contradice, cuando el panista cree saberlo todo, cree tener la autoridad, es como el ex-presidente Vicente Fox felcitando a Vargas Llosa dicéndole que "ya son tres" los premios Nobel para las letras hispanoamericanas, el de Octavio Paz, el de Borges y el de Vargas Llosa. Son unos verdaderos incultos, unos arrogantes y sobre todo prepotentes.

Quienes tienen sindicatos tienen colectivos de compañeros que se hacen fuertes a la hora de defender sus derechos. No es que no se quiera trabajar es que un patrón debe pagar lo justo y no sólo eso debe respetar el derecho del trabajador si no lo quiere hacer.

Para un patrón o un funcionario es muy fácil manejar la vida de las personas, suprimirles sus libertades y derechos. No puedo cubrir esas horas extras porque se casa mi hijo -les dice el trabajador- pidiendo que lo dispense en esta ocasión. El empresario parloteará la falta de compromiso del empleado y el funcionario su "falta de compromiso con la patria". Porque a ambos les vale un soberano cacahuate la libertad de decisión, la existencia y la vida de las personas.

Los sindicatos no son ni organizaciones que rompan con la productividad, ni organizaciones que busquen acabar con el orden capitalista, son organismos de equilibrio y regulación del trabajo. Cuando estos organismos están ausentes se produce lo que en México es una realidad. La volatilidad y el trabajo precario.

La corrupción en los sindicatos no es que los trabajadores no trabajen, los trabajadores no se salvan de trabajar conforme a la organización y ritmos de la empresa, la corrupción sindical es más bien contra los trabajadores, pues los sindicatos corruptos omiten la defensa del trabajador cuando le dan dinero.

En México la gran molestia del capital es que ellos no quieren pagan ni siquiera sus posibilidades corrompedoras, quieren hacer de lado al sindicato, para ejercer directamente el despotismo de la empresa. En nuestra sociedad a los empresarios les gusta traer a cuenta muchos ejemplos de países lejanos. "En Japón nos dicen no hacen huelga, los trabajadores se ponen un cartel y dicen estoy en huelga" No paran la producción porque la huelga es contra la empresa, no contra el país, nos dicen orgullosos. Aaah o sea que en Japón hay sindicatos y los respetan.

 

Quiere decir que en Japón, el Japón de la flexiblidad, la base del trabajo siguen siendo los sindicatos ¿no es así?

Lo curioso es que los japoneses desde luego realizan huelgas y siguen siendo una parte indispensable en la regulación del proceso de trabajo. La Quimera del empresario mexicano no deja de ser fantástico, desea desaparecer todas las organizaciones o controlarlas él, desea suprimir todos los derechos, desea joderse a los trabajadores porque en el fondo desea enriquecerse sin trabajar el mismo.

La siguiente imagen nos muestra una huelga de pescadores japones. En nuestra próxima entrega les hablaré de mis dos experiencias en sindicatos. Me ha tocado la suerte de pertenecer a dos organizaciones que no fueron controladas totalmente por el Estado o los empresarios, pertenecí y pertenezco a dos organizaciones de trabajadores que lucharon y luchan por el principio de la libertad sindical.

 

 

domingo, 3 de octubre de 2010

Entre ultraderechistas te veas

Como he platicado en algún post anterior, el pensamiento conservador no me era desconocido cuando pude observar publicaciones provenientes de los Caballeros de Colón en México. La propaganda anticomunista llegaba a mis manos, no precisamente como algo que buscara, sino que navegaba en el medio familiar dónde me desenvolví. Esa propaganda se mezclaba con las nociones progresistas del clero católico mexicano. Ambas cosas me permitieron tener nociones de diferencias y planteamientos encontrados.
La ultraderecha mexicana como tal, apareció en mi vida hasta el momento en que cursaba la educación media superior. Tenía que tomar una materia estética en la preparatoria, pero al querer tomar guitarra, el profesor no apareció por lo que amenazaba con quedarme sin educación estética y fue entonces cuando uno de mis amigos me sugirió tomar oratoria, que era una materia que se impartía en el turno vespertino.
Me anoté y comencé a asistir con mi amigo. En un salón grande, casi un auditorio de la Preparatoria se instalaba el profesor, un abogado que sacaba una campanilla y traía consigo siempre el periodico. Algo así como lo que hacemos continuamente en los foros. Leía una noticia y luego tocaba la campanilla para que pudiéramos intervenir. Había intervenciones y aunque al principio yo no intervenía, si lo hacían muchos estudiantes de muchas orientaciones. De vez en vez el profesor nos explicaba la estructura del hablar y organizar la oratoria y las diferentes maneras de aplicarla como el Discurso, la mesa redonda, el coloquio, etc.

Había dos personajes que acudían a las clases que se decían, uno fascista y el otro nacionalsocialista. Defendían las ideas italianas y germanas contra todo aquello que consideraban comunista, que era en muchos casos casi todo. El gobierno mexicano era comunista, algunos párrocos eran comunistas y el comunismo era como una especie de peligro al que había que erradicar.
Recuerdo todavía de manera muy viva como el profesor le preguntó a un tal José Luis Lezama, al que jamás volví a ver que opinaba del alcoholismo y los alcohólicos,  Lezama pidió subir al estrado y dijo palabras más, palabras  menos que los alcohólicos eran seres patológicos, nocivos a la sociedad que la infectaban y que deberían ser remitidos a campos de concentración. Mi profesor de manera irónica le dijo que si esa era una forma de terapia y este tipo contestó contundente, es la manera de sacar lo podrido de la sociedad.
Ese año nos dividimos los estudiantes por la aparición de la huelga del Sindicato del Personal Académico de la UNAM, SPAUNAM y la Preparatoria declaró la huelga junto con muchas de las escuelas. En el curso del cierre, José Luis Lezama se presentó junto con un grupo de maestros y alumnos a tratar de romper la huelga. Es en ese momento que me di cuenta que sus discursos no bromeaban en contra de los trabajadores.

Se abrió entonces un abanico de organizaciones cuyos panfletos aparecían en la escuela, el GUIA, el grupo PUMAS que pegaban periódicos murales advirtiendo el peligro de los comunistas y de los izquierdistas a los que tachaban, como decía Lezama de una enfermedad. Por aquellos momentos, la guerra de Vietnam estaba terminando, la retirada de las fuerzas norteamericanas venía precedida de la gran ofensiva en la que el Frente de Liberación Nacional recuperaba Saigón. Aparecieron periodicos murales condenando el avance de las tropas vietnamitas, lo que fue respondido por el alumnado arrancando los periódicos, pues recordaremos que la guerra de Vietnam fue el símbolo de mi generación. Aparecieron unos tipos con tubos por varios lados y los estudiantes se enfrentaron a ellos haciéndolos correr. Atraparon a uno que tras preguntarle que quién era y a donde pertenecía, terminó acobardándose diciendo que pertenecía al PUMAS, un grupo fascista entre los muchos que aparecieron. Los estudiantes se lo entregaron a las autoridades de la preparatoria.
Un familiar en una ocasión me mostró uno de los pegotes del grupo Consejo Naciona de Estudiantes o CNE que decía Marxismo=Estatismo, Estatismo=Corrupción, Marxismo=Corrupción. Este grupo que surgió del llamado tratado del Cerro de las Campanas, una organización ultraderechista convocada en Querétaro. Me platicó que había acompañado a uno de sus amigos a una reunión del grupo y que ese amigo quería entrar a esa organización de carácter iniciático.
Todos estos organismos se organizaban en torno a la Organización Nacional El Yunque, cuya existencia ha sido documentada por los textos de Álvaro Delgado. Al leer el texto de Delgado, sus relatos coincidían con lo que observé en mi periodo de preparatoria, lo que Delgado dice coincide con lo que decía Lezama, el amigo de mi familiar y otros. Un discurso dónde ellos eran los sanos y debían sanar a la sociedad enferma por los peligros de la masonería, el judaísmo y los comunistas.
Por ello, cuando en los foros me encuentro las mismas cantaletas de odio a los masones o a los protestantes, o a los "rojillos" o a aquellos que no coinciden con ellos en esa vocación de purificar, moralizar, enseñarle a los demás lo que tienen que hacer y pensar, no me es difícil identificarlos. He convivido con ellos por mucho tiempo.
Hoy, que la Organización ha sido descubierta y de que se habla de que su dirigente es Guillermo Velazco Arzac, escucho los argumentos misógenos, anti izquierdistas y con el velo de nociones religiosas que nunca confiesan, pero que evidentemente están tras ellos.
En realidad no he podido hacer amistad con ninguno de ellos, se salen del patrón común de personas con ideas diferentes con las que puedes olvidarte un momento de hacer política y hacer amistad. Como están en su cruzada y como sólo ellos y no los demás tienen la razón, son individuos aislados. Sin duda con poder han de ser sumamente peligrosos, pues la imposición de las ideas se hará por la fuerza.