El Lic. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, Presidente legal de los Estados Unidos Mexicanos advirtió en días pasados contra los ciudadanos de la Ciudad de México que si hay daños contra vehiculos, instalaciones o empleados de la Comisión Federal de Electricidad en la Ciudad de México o el centro del país, habrá severas consecuencias y se aplicará todo el rigor de la ley.
El gobierno de Calderón decidió acabar con el Sindicato Mexicano de Electricistas SME y adueñarse de la fibra óptica de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro, para incorporarla a sus planes de privatización de la electricidad por medio de subsidiarias y la venta de la red a empresas privadas. El método poco ortodoxo de golpear al SME fue decretar la extinción de la paraestatal y dejar en la calle a más de 40 mil trabajadores electricistas, agrupados en un sindicato creado durante la revolución mexicana.
El agravio fue directo no sólo contra los electricistas, sus familias, sino contra los ciudadanos de la Ciudad de México que no fueron consultados con la medida. El método poco ortodoxo del gobierno panista (democracia cristiana) fue un plan militar que consistió en ocupar con una fuerza semi paramilitar, la Policia Federal Preventiva ahora llamada Federal, las instalaciones de Luz y Fuerza por la noche, de un fin de semana, para impedir que los trabajadores regresaran al trabajo y despedirlos a la fuerza. Hasta las pertenencias de los trabajadores fueron hurtadas por los policías, ya que se quedaron en sus lockers.
Con tal medida por no decirlo menos, gandalla, el gobierno que ejerció la violencia directa y el despojo de las instalaciones ha venido amenazando a los trabajadores con que no tolerará ninguna violencia. Y es que los vehiculos de la Comisión Federal de Electricidad que no han podido llevar sus logos, han sido objeto de las manifestaciones de descontento y resistencia ante la imposición del Presidente y su gobierno, por parte de los ciudadanos de la capital de la república.
Después de imponer su "verdad", de que el servicio de electricidad brindado por CFE es mejor, advirtió ¡Cuidadito y le toquen un pelo a la CFE! Ahora resulta que al pésimo servicio y caro, la prepotencia del panismo nacional nos sentencia a los de la capital ¡A callar y a obedecer!
Hace años con la misma prepotencia, el PRI aumentó los impuestos, asumiendo el costo político. Se los cobramos en 1997 y jamás dieron una. ¿No es momento de cobrarle al PAN la factura?
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