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lunes, 20 de agosto de 2012

Pérdida de interlocusión social.

Televisa, el parque y otras cosas.

No sólo diversión, agravio social en favor del poder.

No sólo es que la heredera de Telesistema mexicano este al servicio del poder, cosa que ya lo hacían los primeros Azcarraga desde que eran dueños de la XEW, poderosa estación de radio desde los 40. Se tejen muchas historias que no sé si son ciertas o no en torno a la manera en que ampliaron su poder. Una de ellas es la relación con Mario González Camarena, inventor de la Televisión a colores. No me consta, no citaré aquí el rumor, pero se teje en medios periodísticos.

Telesistema mexicano fue responsable de ocultar, poner una cortina de humo a la matanza del 2 de octubre de 1968. Al igual que los Yo soy 132 o las movilizaciones de MORENA o cualquier disidencia de izquierda o extrema izquierda que forma parte de la diversidad política del país. Y sin embargo el periodista de turno, Jozquín López Dóriga, hoy se ufana de haber recibido la noticia del 2 de octubre en la redacción de su periódico en la madrugada. ¿Si y qué? La plutocracia mexicana que pendía de la clase política siempre aplaudió que se ocultaran los hechos y quiso imponer, como ahora, a la fuerza no sólo su criterio, su discurso, sino su falta de verdad histórica. Por eso ha quedado al rescate de la memoria de la población los hechos que de manera no oficial, representan la verdadera historia del país.

Y no sólo eso, Telesistema mexicano fue capaz de asesinar al rock mexicano, impidiendo su difusión después de Avandaro. Ningún grupo de Rock mexicano, de toda esa rica diversidad cultural pudo poner una sola canción en la radio, ante la acción puritana, virulenta de unos empresarios mojigatos, católicos extremistas e impositores de su estrechez cultural: La televisión no es para intelectuales, es para "divertir" al pueblo mexicano. Esos mojigatos, paternalistas, guadianes de la moral de tipo franquista no se podían permitir festivales donde se fumara marihuana, ni se desnudaran los jóvenes.


Las consecuencias de esa censura sobre la juventud de los 70 fue el aniquilamiento de la actividad de grupos como el Peace and Love, Love Army, La revolución de Emiliano Zapata, Tinta Blanca y otros que venían despegando en ese momento. Los pocos sobrevivientes de ese momento, el Three Souls in my mind, llegó a nuestros días con el nombre del TRI. Bloqueados, censurados por Televisa, los rockeros mexicanos no pudieron colocar una sola de sus canciones en la radio.
Y no sólo ellos, los "talentos" de Raúl Velazco fueron impuestos en la cultura mexicana contra talentos urbanos como Rockdrigo González, Jaime López y otros en los años 60. La televisora mexicana prohibió expresiones como el punk inglés, silenciandolo con la música Disco a finales de los años 70. No fue una neutral decisión en favor de la diversión. Televisa es un monopolio que silencia las expresiones culturales de nuestro país.

Voracidad y egoísmo.

Televisa moldea la ley a través de su influencia con los legisladores. Pronto se hará el apagón digital y se pasará de pocos canales en el espectro, a la suma de ocho por cada uno de los existentes. El gobierno, en lugar de abrir la competencia y propiciar la diversidad cultural del país, quiere garantizar a las empresas concesionadas del espectro electrónico los ocho canales de su espectro, en lugar de poner a subasta para que el resto de la sociedad tenga la posibilidad de otras formas que permitan canalizar la diversidad cultural mexicana.
En México, los 11 canales nacionales de cobertura nacional pertenecen a dos empresas: TELEVISA y TV Azteca; durante años habían sido sólo 7, los privados de Televisa 4 y sólo 3 estatales. Con las privatizaciones se abrió una segunda red, TV Azteca, de un conservador y estrecho empresario hermano de un radical de extrema derecha, de apellido Salinas Pliego. Su disputa terminó pronto con el acuerdo monopólico y con su expansión a otros terrenos de las comunicaciones. Dueños de casinos de apuesta, de las principales empresas de cable, ahora piensan oradar el monopolio telefónico, para convertirse, ellos en un gran trust de las comunicaciones controlando Internet, Telefonía fija y móvil. Por ello vendieron el paquete de posicionar al que probablemente será el proximo presidente, al Pablo Escandón contemporáneo y estan comprometidos en silenciar de nuevo a toda la disidencia mexicana con programas de venta de sostenes, medicinas milagrosas, futbol y telenovelas. No hay que ver en la TV mexicana, es lamentable, pero lo único entretenido o de cierta calidad, son las series extranjeras compradas a las televisoras norteamericanas.

Ambas empresas impedirán que cualquier otro se introduzca en el negocio de la televisión. Desde el veto a quienes promovieron desde el PRI, el PAN y la Izquierda la controversia constitucional contra la Ley redactada desde la televisora, hasta el silencio que se da contra todos los que se atrevan a desafiarlos. Empresarios han ido a parar a la cárcel, en juicios promovidos por los bufetes de abogados de las televisoras hasta tomas de canales rivales por grupos armados como fue el caso del asalto al canal 40, que cayó en manos de TV Azteca. Gangsterismo, anulación de la disidencia, casos que recuerdan la leyenda de González Camarena.

Instituciones al servicio de la plutocracia.

La corrupción mexicana que ciertamente navega como cultura en la población tiene un acción diferencial. Los jueces mexicanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ganan cientos de miles de pesos. Los diputados ganan cientos de miles y los funcionarios del gobierno también.
Recientemente anularon la concesión de una pequeña empresa de televisión de cable por mantener a una periodista independiente. Los propios dueños previo a que se cumpliera esta amenaza, decidieron cancelarle el contrato. Pero la presión social los hizo desistir de la decisión. El motivo, un comentario editorial de la periodista Carmen Ariztegui que se preguntó si el rumor del alcoholismo del Presidente Calderón no tendría que ser aclarado por él mismo o su oficina en Los Pinos. ¿Es o no alcoholico Calderón? La respuesta fue contundente, su cese. Carmen Aristegui regresó porque su audiencia se movilizó en contra del gobierno federal. Calderón tuvo que desistir ante la sospecha de sus órdenes. Recientemente el tema volvió a resurgir cuándo le quitaron en represalía las frecuencias a MVS. Las declaraciones de los dueños provocaron la respuesta de Javier Lozano Alarcón, uno de los salinistas privatizadores y ahora esbirro conocido del calderonismos nacional. Lozano le dijo al dueño que o corría a Aristegui, o no habría concesiones de radio. Así se cuecen las cosas en México. Dichas concesiones se las darán a Televisa, que meses antes había atacado a MVS por sus cuestionamientos al gobierno que permitiría que un monopolio como el de la asociación de las televisoras, entrara al negocio de la telefonía celular con IUSACEL, mientras que al monopolio telefónico del hombre más rico del mundo, Carlos Slim Helú, se le impediría entrar al negocio de la televisión.

No los oigo y no los veo.

Pero las televisoras siempre se salen con la suya. Desde hace tiempo no sabemos ya si ellos se alían con la clase política o si de plano controlan a la clase política, mediante amenazas y bloqueos. Todos los programas políticos de las televisoras están saturados de anti izquierda, anti oposición. Los programas dejaron de citar a todos los actores y ahora se concetran en sus propios y parciales comentaristas. Esta situación provocó la reacción de los indignados mexicanos, el movimiento estudiantíl Yo soy 132, que convocó en una de sus acciones a la ocupación de TELEVISA y su bloqueo. La conciencia nacional señala a TELEVISA como el gran dique del autoritarismo y la falta de libertad de expresión en México. Ni Televisa, ni TV Azteca trasmitieron la toma más importante contra los medios de comunicación en México. Esto presagia lo que será el gobierno de Enrique Peña Nieto, una realidad en dos bandas, donde lo oficial será un México producto de los medios de comunicación y otro el México de los de abajo, de lo que realmente sucede. Un profundo divorcio de dos Méxicos que hoy comienzan a distanciarse y a generar la falta de un consenso real que preserve la paz y la gobernabilidad en el país. El México real, no esta en las televisoras, esta en las redes sociales y en la oralidad de las comunidades que no tiene Internet. El divorcio que se produce entre la gente y las televisoras será el principal problema para la gobernabilidad del país.


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