Desinformación.
Uno de los rasgos de la embestida del actual gobierno mexicano es confundir a la sociedad tratando de meter a todas las organizaciones sindicales en el mismo saco. Hablan de la corrupción y del corporativismo como algo que se debe acabar, pero, al mismo tiempo, protegen organizaciones sindicales corporativas y líderes corruptos, a cambio de golpear a organizaciones gremiales que se han distinguido por ser diferentes.
Para quienes tienen memoria la lucha contra el régimen de partido hegemónico del PRI tuvo como campo muy importante de batalla la lucha por la libertad sindical en los años 70. Los propios electricistas entre 1975-1976, el sindicato minero de Cananea, los sindicatos universitarios, la huelga de Spicer, fueron ejemplos del intento de romper con el control sindical y abrir la opción de la libertad sindical y la afiliación voluntaria.
Los maestros de la sección IX, XXII, entre otras se movilizaron para acabar con el control corporativo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Curiosamente, el PAN, que tanto habla de corporativismo, de corrupción, protege de manera evidente, sabida en la vox populi mexicana a Elba Esther Gordillo, lider del sindicato corporativo más grande del país el SNTE. Este sindicato le ayudó a Calderón a obtener el poder.
El proceso de democratización nacional es impensable sin las movilizaciones sindicales de los años 70 y 80. Fue el sector de trabajadores una de las fuerzas más importantes que reclamaron democracia para el país. Cuando el PAN era una fuerza minoritaria que no amenazaba con el cambio, cuando pactaban con el poder. Los trabajadores mantenían la demanda y la lucha por elegir las dirigencias de las organizaciones.
Pero ahora nos vienen los panistas con las mentiras más flagrantes cuando nos afirman que los trabajadores asalariados organizados en sindicatos son privilegiados y al mismo tiempo los funcionarios se asignan sueldos que llegan a los 36,202 dólares mensuales, cuando un empleando base gana no más de 483 dólares al mes.
Un electricista ganaba en promedio 724 dólares mensuales. La prensa controlada por el régimen comparaba esos más de 700 con los poco menos de 500 para salir con la cantaleta que esos trabajadores eran privilegiados. Un funcionario del régimen gana miles de dólares mensualmente y ello sin contar con sus bonos especiales.
Recientemente se secuestró a un jóven de apellido Marti, hijo de un empresario. En el secuestro estuvo involucrada una policía federal que percibía más de 5,600 dólares al mes. Ella montó un retén policíaco dónde detuvieron la camioneta del hijo del empresario.
Policías y políticos de alto nivel tienen sueldos altísimos. Ellos son los que pregonan que los sindicatos son privilegiados. Es un verdadero insulto a la inteligencia
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