Nos visitan del mundo

domingo, 23 de diciembre de 2018


Entre mamarrachos te veas.
Existe sin duda una gran crisis en nuestra alma mater, que no es sólo financiera. Tiene que ver con una curricula oculta y un deterioro cultural que va desde la enseñanza de las adicciones, hasta la falta de valores de una generación que en algunos casos comola de muchos jóvenes cree saber todo, carece de mérito, pero reclama derechos y su cabeza no les da más que para creer, que el sentido común es pensamiento crítico.
Una de la joyas de este pensamiento se puede observar en dos estudiantes que se creen dirigentes de un movimiento que se cayó en pedazos, precisamente por el exceso de protagonismo, la falta de humildad y sobre todo de pensamiento crítico. Veamos:

...un profesor mediocre de tiempo completo [...] Es la clara expresión de un representante de los sectores conservadores de la ENAH. Podemos constatar la pobreza de sus argumentos, el tono pasivo-agresivo de sus palabra, el desconocimiento desde el que escribe, la insistencia en aludir a los títulos de posgrados como sinónimo de calidad académica o peor aun de autoridad ...
La mediocridad, escribiendo de mediocridad. Esto es producto de la falta de procesamiento de las diferencias en la cabeza de una pequeña burguesía lumpenizada, que se cree revolucionaria. Ambos, el perro y el chico que sostiene su Mamá, creen que no sabemos que son ellos y sus amigos los que están atrás de su sitio en Facebook. ¿Quién alude a los títulos de posgrados? ellos. ¿Quiénes confunden el progresismo con la reacción? Hay que tratarlos como lo que son, sin ninguna consideración.

Lo grave no es esto, sino que existan algunos profesores responsables de estos productos de mala calidad. Sobre ellos hay que prevenir a la comunidad. Lo que estos pobres muchachos consideran sus héroes, algunos sin remedio, son verdaderos culpables de que estos productos mal formados, sean echados al medio a hablar sus petulancias y sus idioteces.

martes, 4 de diciembre de 2018

Todos queremos a la ENAH, pero la percibimos desde la diversidad

El maniqueísmo mecánico y el falso uso de Marx

Veamos lo que defiende Víctor Ovalle:
En esta época de diversificación temática, todas las expresiones del pensamiento antropológico-histórico y político, se hicieron visibles, aunque la relativización del conocimiento, diluyó cualquier intento de validación científica, de trabajo colegiado u organizativo. Marx continúo siendo el principal referente histórico, aunque ahora para deslindarse de él y sus aportes.
Marx, esto ha sido exagerado, no es el referente del funcionamiento de la ENAH. Puede que sea el referente de las discusiones internas, unos con una pésima lectura del mismo, otros en la discusión real que el autor alemán aporta. Algunos en la ENAH estiran a Marx para validar medicina naturista, ecología y hasta creencias religiosas. No se usa al autor alemán para lo que es realmente importante, el análisis del capitalismo.

Es increíble como estos miembros de la comunidad dividen el relativismo y el marxismo, entre los buenos y los malos. Yo preferiría que se dejara de invocar menos a Marx y se dedicara más a comprender su discurso crítico. Lo que he leído de Ovalle y cía, no tiene nada que ver con el mismo.

La apología por el cierre de instalaciones

La ENAH nunca ha dejado de movilizarse, hemos participado la mayoría en la comunidad. Sin embargo, nunca como hoy la división había aparecido con tanta fuerza. En los últimos 50 años sólo ha habido 3 paros con cierre de instalaciones. Los tres han sido impulsados por el mismo núcleo de alumnos, las mismas personas, que pertenecen al cubículo Pavel González, cambiando el nombre de Carlos Marx, por ser próximos a la ideología anarquista. El primero fue el berrinche porque la mayoría de la escuela representada en el Consejo Técnico decidió empatar el calendario escolar, con el resto de escuelas de educación superior. Miguel Ángel Adame, representante de profesores de Tiempo Completo, no respetando la decisión mayoritaria de su sector votó en sentido contrario a la decisión de las Academias. Como perdieron la votación, él y algunos otros se fueron a un paro loco de tres días contra la decisión mayoritaria de la ENAH.

A partir de ello se inició la discusión entre el Paro Activo y el Paro con cierre de instalaciones. Los paros con cierre de instalaciones los ha venido tomando siempre una minoría en la escuela. Si bien no se cuestiona la solidaridad con los movimientos populares y de trabajadores del país, la peculiaridad de la ENAH es que si tomas las instalaciones, se vacía la escuela, la comunidad deja de asistir. En el pasado se han realizado siempre movilizaciones con las instalaciones abiertas, lo que permite convocar a la comunidad y a mantener a la mayoría activa. Ni siquiera en la estancia de la comandancia zapatista se mantuvieron cerradas las instalaciones a la comunidad. Esto es lo que apologetiza Ovalle:
Así, la permanencia en la Escuela del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el año 2001, el Paro de labores de más de tres días en apoyo al movimiento magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en septiembre de 2013 y las movilizaciones para exigir la aparición con vida de los normalistas de Ayotzinapa en 2014, quedan como efemérides históricas y no como referentes o detonantes de cambios sustanciales en nuestra Escuela, como sí lo fue el movimiento estudiantil de 1968[8].
 El tema es si se cierran o no las instalaciones, no si se apoya o no a los movimientos populares. Este tema es el que ha enfrentado y crispado el tejido social interno. Cerrar no es ni un principio revolucionario, ni la forma real de lucha. Las formas se usan cuando hay necesidades reales, no por principio.
LA ENAH QUE QUEREMOS
La crisis institucional de la ENAH actual nos sugiere que se acerca una nueva época que parece tener dos alternativas: convertirse en una Escuela tecnócrata, pasiva, atomizada y funcional a los designios del Imperialismo o una Escuela con identidad, incluyente, rectora del pensamiento antropológico e histórico, garante del pensamiento crítico y al servicio de la clase trabajadora.
Seguramente Washington tiene planes muy específicos para convertir a la ENAH en una escuela técnica. Frente a ello, este profesor que no tiene buenas evaluaciones ni por sus alumnos nos dará una identidad. Él dice incluyente, pero lo que nos ha demostrado es su continúa acción de dividir. Los buenos y los malos, los imperialistas y los nacionalistas, los críticos al servicio de la clase trabajadora. Él es el bueno y los demás no.


Lo que ha prevalecido en el anterior movimiento, y en la acción de este profesor y su grupo, fue el efecto que su discurso tiene para dividir, enfrentar, satanizar a los otros. Nunca como hoy la comunidad ha sido dividida. Un paro que sumó a todos, terminó separando a la escuela y enfrentándola. Los fantasmas de esta parte de la ENAH ha enseñado intolerancia, protagonismo, incapacidad para sumar e incluir.
En la ENAH aun quedan vestigios valiosos de cada momento histórico por los que ha transitado y que es preciso retomar: de su primera época, promover los liderazgos intelectuales a través de la promoción de la mayor cantidad de proyectos posibles, que permitan a nuestra Escuela volver a ser la Escuela rectora de la Antropología y la Historia de nuestro país, pero dejando de lado el autoritarismo característico de aquella época; de su etapa autogestiva rescatar las instancias de democracia directa como los comités, las asambleas por sectores y la Asamblea General bajo el principio de inclusión de todos los puntos de vista y todas las corrientes políticas, el debate y la confrontación teórico-política en sus instancias correspondientes y el cumplimiento cabal y estricto de acuerdos, cerrando las puertas al dogmatismo, a los fundamentalismos y a la ortodoxia política-académica; de la época inmediata preservar la diversificación temática, garantizando que todas las corrientes de pensamiento de la antropología y la historia tengan cabida en nuestra institución, pero promoviendo la existencia de mecanismos de validación científica como foros y publicaciones, que cierren el paso al nihilismo posmoderno, permitiendo que sea el debate y la utilidad práctica la que decida su permanencia o desuso. Tampoco se puede tolerar la existencia de una burocracia caciquil indiferente a los problemas sustanciales de nuestra Escuela.
El discurso que nos esboza se puede leer como la hegemonía de un grupo, el de él. Nos habla de la  verificación del conocimiento como parámetro de verdad. Bien, pero el análisis esta mal hecho. No sabe Víctor Ovalle que se hace en términos de investigación en la ENAH y mucho menos lo reconoce. Habla desde una gran ignorancia acerca de qué es lo que hacen nuestros compañeros investigadores, a los que él denomina caciques.

Cuando recorro en mi mente los importantes trabajos de Lourdes Marquez, de Tomás Pérez Vejo, los de Francisco Pineda, los de Elio Masferrer, y de tantos investigadores que se mantienen en el Sistema Nacional de Investigadores con su trabajo, pienso que lo lamentable es lo que dice Víctor Ovalle sobre la ENAH.
Se debe empezar por darle dirección y sentido a nuestra institución: la ENAH debe contar con fundamentos éticos claros que guíen su quehacer cotidiano: la búsqueda del bien común a través de la solidaridad, la cooperación y el trabajo en equipo, en que la tradición, el saber y la memoria se impongan a la competencia estéril por los diminutos privilegios.
Pienso que Víctor Ovalle debería dedicarse a cosas importantes, hacer posgrados, prepararse más. Hacer posgrados, leer mucho, acercarse a profesores que le pueden enseñar muchas más cosas de las que sabe. No creo que sepa lo que se hace en investigación en la ENAH en este momento y se dedica sólo a denostar el trabajo. Lo primero que debe tener es humildad y estatura para ver que es lo que se hace, en lugar de estarlo descalificando. 
En la ENAH no puede haber lugar para cacicazgos de ningún tipo, éstos se deberán anular con una reglamentación acorde a sus principios y la participación directa de los tres sectores: estudiantes, profesores y trabajadores.
No obstante, en nuestra institución se deben respetar las jerarquías de edad y académicas, las cuales aportan experiencia y prestigio a nuestra institución. Asimismo, cada sector y miembro de la Escuela debe tener un lugar para realizar plenamente sus funciones y se le deben reconocer plenamente sus derechos. En particular los profesores de Asignatura deberán estar representados en todos los órganos de gobierno y en cada una de las Academias. La Planta de Maestros deberá elaborarse con criterios claros y homogéneos. La estabilidad en el empleo de los profesores de Asignatura redundará en mejoras académicas sustanciales para nuestra Escuela.
¿Criterios homogéneos? ¿Qué son criterios homogéneos? He afirmado y defiendo ese criterio, que se debemos generar, crear plazas de asignatura para un sector de los profesores de HSM. No será para todos los profesores que dan clases, sino para aquellos que brindan sus conocimientos valiosos. Pero esas plazas serán por concurso y esos criterios homogéneos de admisión están en el RAEPCEO. Las plantas tienen criterios claros, profesores que sepan dar la materia, siempre a prueba y si no dan el ancho se van.

Los alumnos han sido los peores "tiranos" para algunos profesores de la coalición. Cuando un profesor es malo, los alumnos son los primeros en reaccionar. Simplemente dejan de inscribirse con ellos y les cierran los grupos. No hay rescisión de contrato, eso es falso, lo que hay es no contratación porque los alumnos dejan de inscribirse con profesores que no han estado a la altura. Las convocatorias son abiertas, tienen requisitos que son los mismos para todos. Un profesor de asignatura debe estar por lo menos titulado y presentarse a competir por una plaza en un concurso de oposición abierto.
La ENAH debe plantearse volver a ser un centro de reflexión antropológica y de la realidad social contemporánea; internamente se deben confrontar las diversas posiciones teóricas y métodos de recolección de datos. Es indispensable promover una actividad académica rigurosa y un ambiente intelectual estimulante.
Cuando leo lo anterior, me acuerdo de los trabajos de mis compañeros. El cuidado y la sistematicidad con la que se han recolectado los datos demográficos de los esqueletos de pobladores mesoamericanos.  La estadística analítica con la que estos datos están siendo analizados en Antropología Física. ¿Existe actividad académica rigurosa? Desde luego, me sorprende que Víctor Ovalle no tenga un buen balance de la mismo.
Se deben debatir los problemas nacionales; nuestra comunidad académica tiene la capacidad de ser un referente de opinión para la población en general y para otras instituciones antropológicas y educativas; tenemos la posibilidad de aportar soluciones a los problemas de la población mexicana, como el de la inseguridad y de contribuir a la preservación del conocimiento ancestral de las diversas comunidades y del patrimonio cultural de nuestro país.
Los alumnos de Historia debaten temas de la Historia del tiempo presente. Ello lo reflejan cuando van a otras instituciones en los Encuentros Nacionales de Estudiantes de Historia. Aquí se discute desde hace años el deterioro del Estado mexicano, la naturaleza del capitalismo actual, los orígenes de la inseguridad y la muerte. Ello sucedía también en Antropología Social cuando impartí materias como Historia y Sociedad en México siglo XX y Grandes problemas contemporáneos de México y el mundo. Toda una generación con la que consolidé una gran amistad. Anarquistas, miembros de la APPO, militantes de MORENAH, todos ellos acudieron a mis cursos donde hubo un gran foro de discusión de los problemas nacionales. Lo que se hace hoy no es mi responsabilidad, pero se han formado generaciones completas que hoy están insertos como líderes sociales en comunidades tanto en Atenco, como en Oaxaca, en Ecatepec, etc. 
Nuestra Escuela también puede ser un referente a nivel internacional, que atraiga estudiantes y profesores-investigadores de diversas regiones del planeta.
Existe conocimiento de nosotros en el extranjero. No obstante ser una escuela pequeña, con pocos apoyos, que se deben ampliar, lo que hace la ENAH es importante. LO sorprendente es que Víctor ni siquiera sepa que se hace y se la pase anulando todo. 

Víctor Ovalle es una voz más en la ENAH. Estará en las discusiones en el Congreso y en las instancias. Lo que reitero es que debemos comenzar a ser críticos, pero también a considerar que las diferencias no deben impedirnos dialogar. Si entramos con el maniqueísmo lo que habrá es división.

domingo, 2 de diciembre de 2018

La visión simbólica no material en la ENAH

Posmodernidad y pos lamentablemente

El teórico del reciente movimiento huelguista de la ENAH, muestra paso a paso su pobreza y su falta de preparación. Se mueve en los deseos, no en el análisis, veamos:
Con la desaparición de la URSS y el Bloque de países del Este de Europa, se implementaron también diversos ataques ideológicos al proyecto marxista a través de proclamas como “el fin de la historia”, “el fin de las ideologías” o “el fin de las metaexplicaciones” y se expandieron en las Ciencias Sociales los estudios que promovían abandonar las explicaciones generales y centraban su interés en el análisis empírico:
El posmodernismo ha decretado que no puede haber progreso en las ciencias sociales, y los estudios culturales, habiendo homologado la posmodernidad como contexto y como modo de vida, se involucran cuando pueden en la afanosa demostración de esa idea. Después de la posmodernidad, el apocalipsis (Reynoso 2000:9).
 El ataque en efecto, contra la teoría marxiana, no necesariamente contra el colaboracionismo "marxista" que defiende este profesor. Contraponerse, no es superar pensamientos, para que exista una refutación del planteamiento pos moderno, no basta decir que no nos gusta o señalarlo como el demonio. Hay que desmontarlo teóricamente y posteriormente señalar porque no es verdad en este mundo.

Fukuyama ciertamente declaró el "fin de la historia", es decir la prevalencia del capitalismo como sistema. Algo que sin duda, es verdad. El capitalismo existe actualmente. La discusión no es esa, sino si existirá siempre. Es curioso, pero quién más ayuda le ha prestado a Fukuyama, es la insistencia en una falsedad, que Ovalle sigue sosteniendo. El hecho de que esto que existió en la URSS fue el "socialismo", un sistema de capital colectivo estatal, calificado de "socialismo". La lógica es simple, si el "socialismo soviético" fue "transformado" en capitalismo, entonces el socialismo se derrumbó.

Por lo visto, el estalinismo de Ovalle sigue desorientando. Por eso, sin entender la historia y la dialéctica de las revoluciones de principios del siglo XX. Sigue sosteniendo la quimera estalinista del "socialismo real". Luego entonces, Ovalle ve a la posmodernidad, una elaboración intelectual basada en el análisis de los discursos y los lenguajes como el enemigo a vencer. Su empirismo le impide ver las fallas de la posmodernidad, porque sencillamente le contrapone el materialismo vulgar, es decir su empirismo.
El interés en los cambios sociales cedió el paso al agnosticismo posmoderno y las teorías –como cualquier mercancía- se volvieron desechables.
De esta manera, el Posmodernismo se consolidaba en Occidente como la principal expresión y avanzada ideológica del Capitalismo, teniendo sus principales bases de operación en las Academias de las Universidades.
Al desconocimiento de los problemas se aúna a la teoría de la conspiración. El pos-modernismo no sería entonces la forma en que la burguesía entiende y reproduce su momento histórico, sino una teoría maquiavelista. Toda ideología es apologética del sistema. Lo es el estalinismo de Ovalle que defiende la forma estatal del capital y lo es el posmodernismo, que defiende que el lenguaje es en sí mismo una forma relativista de percibir la realidad, es decir de no transformar nada. La declaración de Lyotard sobre el fin de los grandes metarrelatos, no se responde con el capitalismo estatalista, sino en una denuncia que no le gustará a Ovalle. La democracia ha sido el paradigma impuesto por esa posmodernidad. El relativismo posmoderno se responde también desde la lingüística y la filosofía. ¿Por qué es posible entender el guiño del ojo que plantea Cloford Geertz?
En la ENAH, el desgaste político y el ambiente de apatía y desanimo social favoreció que la Administración de Gloria Artís, negociara con el INAH la desaparición de la Asamblea General como órgano máximo de gobierno y la elección directa del director a cambio –se dijo en ese entonces- de mejorar las relaciones con el INAH y recibir mayor presupuesto.
Ovalle es un simplista que no analiza los procesos materiales. Ello significaría reconocer que el desgaste de eso que llama Asamblea General, llegó a su crisis al final de los años 80. Por eso en lugar de analizar los factores del desgaste, los factores materiales, se pone a moralizar. Para él la apatía y el desanimo social, no que la forma era disfuncional porque ya no intervenían todos en una comunidad de más de 2 mil personas, que sólo se llenaba en las coyunturas importantes y se vaciaba en la cotidianidad. Que en las asambleas se sienten cómodos la mayoría de personajes como él, que se la pasa todo el día en la escuela, y no los compañeros que tienen que trabajar para ganarse el sustento.

Las posiciones de 1993 no eran mayoritariamente en apoyo de la forma asamblea. Las representaciones de posgrado, representaciones de licenciaturas fueron partidarios de los cuerpos colegiados permanentes. Es decir de formas de representación que en la cotidianidad funcionarían mejor. Así como hoy la realidad nos hace cuestionar la disfuncionalidad de los órganos colegiados, poco dinámicos, asimétricamente representados. En 1993 las asambleas tampoco eran tan romanticamente representativas como nos indica Ovalle. Ovalle se inventa una historia. Nos impusieron el reglamento, fue culpa de que Gloria Artís nos entregó por 5 monedas, mientras los apáticos y desanimados miembros de esas generaciones, su generación por cierto, permitieron que se impusiera el reglamento. En realidad la escuela se dividía en tres. Los que eran partidarios de mejorar la relación con el INAH y acabar con el desgaste de las administraciones anteriores a las que les cerraban el grifo del presupuesto, para ello el compromiso era que la comunidad de la ENAH hiciera los cambios. Estaban quienes defendían, como Ovalle a la Asamblea General y que no querían ningún tipo de trato con el INAH, cuyo riesgo en 1993, pleno periodo salinista era que nos terminaran imponiendo el reglamento como en ese momento había pasado en el Conservatorio Nacional de Música y en la Escuela Nacional de Danza. Y había un sector centrista que veía el peligro y trataba de que el reglamento que quedara no fuese a modo del INAH.

Una cosa en la historia que Víctor Ovalle omite, como si las resoluciones se tomaran en la Asamblea General, es que ya existía un Consejo en la ENAH y que desde allí se tomaban resoluciones. Fue este Consejo quién en muchos meses de trabajo elaboró la reglamentación que hoy existe, Consejo que tenía representación de todas las licenciaturas y de profesores y estudiantes. En 1993 yo fui consejero estudiantil por el posgrado de Historia-Etnohistoria. La Directora del INAH, en aquél entonces se presentó al Consejo y fijó su posición. Se tenía que cambiar el reglamento y había dos perspectivas, que se cambiara bajo la propuesta de la escuela o que el INAH lo elaborara y se lo impusiera a la Escuela. El Consejo optó por la segunda opción y presentó lo que había elaborado. Antes de ello, la propuesta en el Consejo era someter la decisión a un Referéndum general de la ENAH. En una votación muy cerrada el consejo votó poner la decisión en un referéndum a la comunidad. La condición es que sería vinculante si votaba el 50 % más uno de la comunidad. La gente como Ovalle, que hoy se vanagloria de que la mayoría votó en contra, cuando yo voté en contra, llamaron porque se sentían  muy revolucionarios al boicot contra el referéndum, que porque era del INAH. El resultado fue en efecto que votamos en contra la mayoría, pero no se alcanzó el 50%+1 de la votación.

Así que regresamos a la sesión de Consejo con este resultado y quedaban dos sopas. Nos lo imponían o metíamos nuestra propuesta. La mayoría del Consejo optó por el segundo escenario. Pero veamos las fantasías de Víctor:
Con la imposición del Reglamento de 1993 –en vacaciones, después de una lucha prolongada en que la principal oposición estuvo a cargo de los estudiantes-, la dirección del INAH eligiría[Sic.] a los sucesivos directores de una terna que la Escuela le presentaría. Es evidente, que desde entonces, la vinculación orgánica con el Instituto se volvió muy estrecha, pero en forma vertical. De tal forma, que la ENAH entró en un proceso de burocratización que inyectó mayor lentitud a su quehacer cotidiano.
¿Lucha prolongada? Mientras nosotros, los consejeros de la ENAH, teníamos el problema encima. Al parecer Víctor se fue de vacaciones, porque no se enteró de lo que sucedió después. Se nombró una comisión en la que aún recuerdo los nombres de consejeros de la ENAH que llevaron al proceso de revisión el reglamento. Una pregunta al anacronismo de Ovalle, ¿Por qué si dice que había vacaciones, la aprobación del reglamento de 1993 por el INAH fue el 6 de septiembre de 1993. ¿Vacaciones Sr. Ovalle? 


Muy ufano Víctor me decía en la comisión de reglamento de la AGENAH que no basta vivir los procesos. Por lo visto. Pues en historia hay testigos claves y personajes como Ovalle. Nuestro compañero de la escuela agrega:
A partir de entonces, la Asamblea General logró únicamente activarse en momentos de coyuntura política, pero sin generar una organización permanente de los estudiantes.
Como jamás ha sido. En primer lugar porque los estudiantes son una población flotante que está a lo sumo 6 años en la escuela. Por lo que vemos una banda sin fin de nuevas generaciones en cada ocasión. Algunos de los viejos estudiantes, terminaron hoy siendo profesores. Pero veamos el apocalipsis now de este amigo.
En este ambiente de derrota y fragmentación, varios profesores de Tiempo-completo afianzan el control político de las Academias de las Licenciaturas, eternizando los cacicazgos académicos: espacios de poder dominados por estos profesores que a partir de las prerrogativas que les otorga el contar con una Plaza de Tiempo-completo, manejan discrecionalmente los cursos, principalmente los obligatorios, los Proyectos de Investigación Formativa (PIF’s) y los recursos económicos correspondientes, asignándose unos para sí y otros para sus profesores allegados e incondicionales.
Vivimos hoy, más que nunca, en un régimen que busca transformar toda fuerza vital en rutina, toda capacidad de imaginación en palabrería al servicio de la mezquindad de los burócratas… No se trata siquiera de una racionalidad orientada a la salvaguarda autónoma de la funcionalidad del propio régimen, sino de un modo de creación, preservación y gestión de los privilegios destinados a engendrar castas sin arraigo ni identidad (Mier 1999:39).
Raymundo Mier, el entrañable maestro es de la UAM y por cierto es Tiempo Completo allá. Ovalle nos pinta un ambiente de derrota y fragmentación, donde los malos, para él los profesores de TC son los que dominan la escuela y él, un pobre y obligado profesor de HSM trabaja sin descanso frente a nuestra maldad. La protesta en el fondo de Víctor es que él quisiera manejar la planta, como lo hizo su propuesta al Consejo Técnico. La Coalición entró en bancarrota por esta posición. En primer lugar ha cometido el error de polarizarse contra los trabajadores de base del INAH, sembrando la división y el sectarismo, tratando de enfrentar a los Tiempos Completos contra los profesores de asignatura, como si los TC fuésemos los patrones. Una fantasía cuyo objetivo es enfrentar para obtener. La Coalición que mucho prometía pasó de ser un sindicato de profesores de asignatura, siempre aplaudido, a una bolsa de trabajo donde sus miembros quieren imponer profesores a los estudiantes y a las academias. A la falta de alumnos, le llaman rescisión de contrato, a sus deseos lo llaman realidades. Ellos quisieran convertirse en investigadores del INAH y ser de base, lo que está bien. El problema es que eluden el mecanismo de entrada. Su kriptonita es el Examen de Oposición. Las convocatorias a ingreso para investigador están abiertas, son públicas y pueden concursar si reúnen los requisitos. Una posición intermedia entre investigadores y HSM son los profesores de asignatura cuyas plazas no se han creado. En lugar de luchar por su creación ellos quieren ser investigadores sin concursar por las plazas, inventando la historia de que son investigadores. Veamos su versión:
Estos microespacios de poder afectan directamente a otro sector de académicos: los profesores de Asignatura, que son tratados como profesores de segunda categoría y desechables, al ser excluidos de la Planta de Maestros continuamente, sin importar si tienen uno, diez o treinta años de servicio docente. Con ello, se desperdicia su experiencia académica y laboral, y se desestiman las temáticas alternativas que provienen de estos mismos profesores.
Mítin Conjunto de la Coalición de Profesores de Asignatura y Asistentes de Investigación del INAH con organizaciones afines, exigiendo respeto a los derechos laborales de los trabajadores del Instituto, el 16 de febrero de 2016.
 La solución de profesores como Ovalle, en el INAH son los profesores de asignatura, la creación de plazas de profes de asignatura en la que se asignen por concurso. O bien esperar a la creación de las 100 universidades que producirá el gobierno de AMLO. La invención de "micro-espacios de poder" no es la que determina el desempleo y la precarización actual, sino la falta de plazas. Para ser Tiempo Completo, Ovalle ha tenido el tiempo suficiente para producir, prepararse más y concursar. Echar la culpa a otros de su desgracia no le dará una plaza.
De esta forma, se diluye la colaboración que debería existir entre estos dos grupos de profesores, quienes tendrían que considerarse compañeros de trabajo. La discrecionalidad en el manejo de los cursos trunca el desarrollo profesional de los profesores de Asignatura y el relevo natural que debería acontecer.
 Una falsedad más. En Historia al menos existen cursos que imparten profesores de la Coalición. Están trabajando desde hace muchos años. Unos tienen otros empleos o plazas en otras universidades y otros se han dedicado sólo a la ENAH. Pero además, la coalición no tiene organizados a todos los profesores. Existen profesores de la Coalición, profesores de TC de otras universidades o institutos de investigación, profesores TC del INAH y profesores que son de HSM y que no pertenecen a la Coalición. La Coalición ni siquiera ve por estos últimos que por cierto son en número más que ellos. Profesores de la Coalición se están saliendo de ese sindicato.

sábado, 1 de diciembre de 2018

No se sabe que es peor, la posmodernidad o los de pensamiento mecánico

Cuando es difícil superar o refutar ideas 

Declarar es sencillo, afrontar la crítica con una praxis crítica es más difícil. Ideas como las que postula el posmodernismo no se pueden superar sólo con declaraciones. En su texto, Víctor Ovalle hace referencias a acontecimientos, menciones, alusiones, declaraciones. Él cree que eso es suficiente pero eso no es así, veamos:
La época posmoderna (1993-2014)
Al iniciar la década de los noventa del siglo pasado, la ENAH navega sin dirección: desarticulada internamente y con objetivos inciertos. El ambiente político internacional favorecía la fragmentación social y la afirmación de identidades particulares.
El Capitalismo imperialista se levantaba soberbio tras desestabilizar por todos los medios económicos y políticos a la Unión Soviética y al Bloque de Países Socialistas del Este y provocar con ello su desaparición. En América Latina, la posibilidad de la expansión de las luchas armadas revolucionarias se cancelaba con el acuerdo de desmovilizar militarmente al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) del Salvador y a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), para integrarse a la vida política partidista, la pérdida de las elecciones presidenciales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua y la desarticulación del Partido Comunista del Perú (marxista-leninista-maoísta) con golpes militares y la detención de sus principales dirigentes.
 En primer lugar, la contrarrevolución no abre en las fechas que nos alude este autor, sino en 1927 cuando tras la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-1923 el fascismo bloquea en definitiva las revoluciones de Alemania e Italia y la contrarrevolución estalinista logra desbancar a la dirección del Partido bolchevique en Rusia. Un punto nodal es la masacre de 1927 en China, donde el estalinismo entregó la revolución obrera.

Es evidente de donde provienen las ideas de Víctor y dónde fue educado. Habla de la "desestabilización" de los países "socialistas" y de su presunta desaparición. Es muy probable que este compañero se haya adscrito a las visiones estalinistas oficiales, las que confunde con el socialismo. Tampoco tiene una buena visión del movimiento guerrillero latinoamericano. Apoya todo lo que se mueva de manera acrítica, postula, reivindica los más disímbolos movimientos que van del FMLN a Sendero Luminoso en el Perú. Para él los acuerdos de paz de un empate como lo sucedido en El Salvador, son una derrota; o la derrota del movimiento maoísta en Perú también. Articula símbolos sin crítica, todo lo que le parece "lucha" es para él, la reivindicación de lo bueno, contra el capitalismo imperialista (concepción marxista leninista) que es lo malo. Víctor no puede ocultar, no sólo su estalinismo, sino también su visión confusa, ecléctica. Vamos ¿Qué tiene que ver el programa del FMLN con el de Sendero Luminoso? En El Salvador el FMLN reivindica un programa de transición a la democracia, en Perú la Nueva Democracia, es decir el Frente Popular, un socialismo a la China. Pero veamos en análisis sobre nuestro país:
En México, se imponía un gobierno a través del fraude electoral y la represión política se acentuaba sobre los movimientos sociales que se ubicaban en la resistencia como en el caso del sindicalismo independiente; el ímpetu neoliberal-imperialista iniciaba la venta de las empresas paraestatales; el desanimo alcanzó a muchos antiguos militantes de izquierda que renegaron de la lucha de clases, y del internacionalismo proletario y se acomodaron en los partidos oficiales en “la lucha por la democracia”.
Vaya y el FMLN ¿No luchaba por la democracia?  Aquí se introduce una contradicción interesante. Primero nos habla del capitalismo imperialista, ahora pasa al capitalismo neoliberal-imperialista. Pero desdoblemos la incomprensión de Ovalle en dos puntos:


1. Saxe Fernández, el connotado profesor de la UNAM ha combatido en sus textos, el que la mundialización, léase "neoliberalismo" se una etapa especial de Modo capitalista de producción. Para Saxe, este "neoliberalismo" sigue siendo la etapa imperialista postulada por Lenin en el Imperialismo, fase superior del capitalismo. Para que Víctor nos pueda decir que existe una fase neoliberal-imperialista; tendría que elaborar una crítica al texto de Lenin para refutar que la dominación del capital financiero sobre el capital industrial, tiene otra forma en la que la ley del valor se ve alterada. Es curioso que Miguel Ángel Adame no instruya correctamente a su pupilo. Traen al Dr. Jorge Veraza y por lo visto no lo han leído correctamente en su celebre texto Crítica a la teoría del imperialismo. En el cuál se combate la visión de Lenin sobre la última etapa imperialista del capitalismo, para rescatar la visión marxiana de la subsunción del PT al Capital. Para Marx no existe una etapa imperialista, sino la fase de la manufactura y la Gran industria. Una visión que esta fuera del alcance de un antropólogo que sólo se adscribe a los símbolos y no a los contenidos.

2. Como vimos en el punto anterior, Ovalle no entiende el capitalismo y mucho menos la teoría marxista. Lo que hace es adscribirse acríticamente a símbolos. Todo lo que es guerrilla, todo lo que es una agrupación política de "izquierda" es para él el movimiento. Los cambios y acomodamientos de la acumulación de capital, la normalización de esa izquierda que desde nunca luchó por el socialismo, son el símbolo de renegar de la lucha de clases y el internacionalismo y su "traición" por luchar por la democracia. ¿Cuál cree que era el programa del FMLN sino un Frente Popular para obtener de nuevo la democracia? ¿Dónde estuvo el programa proletario del FSLN encabezado por los terceristas de Ortega? Es obvio que Don Víctor no entiende más que las formas exteriores y no los objetivos y composición de clase de cada movimiento. No entiende de programas, sólo de símbolos, y ni siquiera de estos. Pero sigamos con su visión del EZLN:
El levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional a partir del 1 de enero de 1994, movilizó conciencias y simpatías; proponía un discurso alternativo al marxismo: no se proponía destruir al Capitalismo, tomar el poder del Estado o convertirse en vanguardia revolucionaria, aunque sí aspiraba a conseguir la autonomía política de los pueblos bajo el principio organizativo de “mandar obedeciendo”. En esta época, se dejaba de hablar de clases sociales y emergieron conceptos como Organismos No Gubernamentales (ONG’s) y Sociedad civil, que asumían el relevo en las luchas sociales.
En el otro lado del espectro político, dos años después de la aparición pública del EZLN, irrumpe el Ejército Popular Revolucionario (EPR), principalmente en los Estados de Guerrero y Oaxaca, hablando en lenguaje marxista; combate también al Ejército mexicano, pero no consigue notables simpatías.
 Vaya, no deja la tentación de dividir en dos. Los no marxistas de la izquierda, el EZLN; y los marxistas ¿El EPR? Señala, deja entrever. Ovalle se piensa marxista, pero carece del arma de la crítica. Y tiene una mala información el EPR tuvo o tiene una extensión mucho mayor, una franja importante en el centro de México. Pero aquí tampoco hay discusión programática, ni del EZLN, ni del EPR. Ovalle es oportunista, quiere caerle bien a todos, no se mete en honduras, prefiere no posicionarse, sólo mencionar. Es parte de su método, describir, no analizar. Sobre los movimientos estudiantiles nos dice:
En 1999-2000 se despliega la huelga estudiantil más prolongada en la historia de la UNAM; de su interior surgen expresiones políticas extremas que se apropian de la dirección del Consejo General de Huelga (CGH): la “ultra” y la “megaultra” llamadas así por su discurso “incendiario”, ultraizquierdista y excluyente de las fuerzas políticas no afines a ellas, a quienes vetaban y expulsaban -incluso a golpes- de las escuelas y asambleas, acusando a estos otros grupos de traidores, vende-huelgas y reformistas. Utilizando las consignas posmodernas de ¡fuera líderes! y ¡fuera corrientes! (aunque ellos tenían líderes y formaban corrientes políticas dentro del movimiento) promovieron la desconfianza, envenenando así el ambiente interno del movimiento. El continuo hostigamiento del Estado hacia la huelga a través de los medios de difusión masiva, las maniobras políticas de la Rectoría, las provocaciones al movimiento -que fueron muy efectivas-, los vetos, las expulsiones y las purgas que generaron la división interna, el alejamiento paulatino de la base estudiantil, el cansancio natural por los meses transcurridos; aunado a la falta de pericia de los dirigentes del CGH para responder con eficacia política a las iniciativas de las autoridades universitarias, desgastaron la huelga a tal punto que el Estado pudo finalmente utilizar la represión para aplastar el movimiento.
La Huelga concluye con la entrada de las fuerzas federales a Ciudad Universitaria y sus escuelas periféricas, nueve meses después de iniciada. El movimiento logra detener el aumento de cuotas, pero fracasa en que sea resuelto su pliego petitorio de seis demandas. En los siguientes años la UNAM sufrirá un paulatino incremento de cobros ilegales y privatización de servicios.
Los jóvenes que participaron en la huelga del CGH crecieron en este ambiente de desmoralización, vacío ideológico y ausencia de un horizonte emancipatorio (Hernández 2012:58).
La estructura maniqueísta persiste, los buenos y los malos, los ultras y lo que pudo ser. Los errores de un movimiento cuyo pecado es rechazar a los grupos políticos, según Ovalle y la división propiciada por los malos del movimiento. Un movimiento de la UNAM, que por cierto se replica en el reciente movimiento de la ENAH. Carencia de análisis y capacidad para mirar al gobierno, la administración, al Estado. Y sobre todo veneno a la hora de calificar las posturas que difieren de los microgrupos, que ahora se llaman "colectivos" pero cuya esencia en relación al CGH no ha cambiado. No hay líderes, hay voceros, no hay dirigentes sino colectivos. Una coartada anarquista que es tan falsa como los billetes de 2 pesos.
No obstante la derrota, en los siguientes años las corrientes hegemónicas ultraizquierdistas del CGH, difundieron a las nuevas generaciones, una imagen idílica, carente de autocrítica y autocomplaciente del movimiento. Son estas mismas corrientes políticas las que en 2012, promovieron la división interna entre escuelas públicas y privadas en torno al Movimiento estudiantil #Yosoy132.
No deja de ser curioso. Como los principales ataques contra mi persona y contra los compañeros que disentimos provinieron del núcleo #YoSoy132 de la ENAH. Es curioso porque tanto se les critica en el párrafo anterior y hoy son los aliados de Víctor, la Coalición y los colectivos del AGENAH. A él no lo atacan porque varios de los profesores de la Coalición pertenecieron al YoSoy132  y los muy cobardes firman sus libelos como Ex132, cuando todos sabemos que previo a ese ataque, hubo una discusión que perdió en Paro Activo el Chimpa, uno de los visibles miembros de ese grupo. Hoy aliado de los grupos que hemos mencionado.

Yo metería una espina más. Sostendría que el movimiento del CGH no fue derrotado. La UNAM echó para atrás las cuotas y nunca volvió a tocar desde ese entonces el tema. Cierto que la ocupación de la Universidad se debió a la falta de visión de este consejo estudiantil, que perdió el piso pensando que la UNAM sería una especie de república socialista. El que el movimiento actual de la ENAH no tenga el peligro de que la policía por el momento ocupe nuestras instalaciones, no obsta para entender que los problemas siguen siendo los mismos. Un movimiento sin cabeza que no entiende al Estado, es en términos de revueltas y movimientos sin existencia histórica, aunque exista como movimiento.