Nos visitan del mundo

sábado, 31 de agosto de 2013

Dile que por favor que me quiera...

Dile que por favor que me quiera... Que me ame, que no me deje...

Talía llegó a esos muros dónde habitaban tantos sedientos de conocimiento, llena de aprehensión y miedo, de temor e ira. Iba a quedarse entre esos muros por mucho tiempo, iba tras el amor, el amor que se fugaba por culpa de esos muros y esos ambientes y no por el fluir de conocimientos y certezas. Reinaba la incertidumbre, el desconsuelo; y sin embargo, tenían que disfrazarse de sed por el conocimiento, el estudio y el Liceo.
 
La juventud que se escapa en el cronológico tiempo, juventud que compite con aquellas que son más jóvenes, lozanas y en apariencia inmortales. A Talía se le iba el amor, el ensueño, lo realizado por años. Estos muros llenos de complicidad y dolor, responsables de su desgracia y que sin embargo la encerraban; tenía que acudir para encubrir con apariencia de interés por la Σοφία; para esconder sus propósitos y rogar al cielo porque él, no se le fuera de su vida, que no la borrara, que no se le escapara en busca de más juventud y en manos de un Ἔρως prohibido. Desplazada tal como ella misma había llegado, transgrediendo y despojando otro amor.
 
Había que encarar el destino y la mejor manera era enfrentarlo con una actividad igual a la de su amado, acudir aparentando esa sed de conocimientos y a la vez de estoica paciencia para estorbar a las otras; amores que querían arrebatarle el suyo. Aprender no era el objetivo de fondo, sino rogarle a Dios porque él no se le fuera de su vida, convenciéndose a sí misma que él la quería, o que al menos un día lograría conquistar su cariño.
 
Talía se había enamorado de él en otros muros, en otros jardines, en otros liceos. Pero su amado no la amaba, había emigrado a otros horizontes y había encontrado a otra joven, mucho más joven que Talía. Salmacis ella tenía los ojos brillantes que reflejaban estrellados destellos de luz, en una mirada seductora; había atrapado al hombre de Talía. La doncella, hermosa y llena de juventud atraía a aquél que Talía amaba a pesar de que él no le correspondía.
 
Para ella no era una fantasía y esa aventura se convirtió en obsesión. La obsesión de una mujer que ama a alguien que no le ama y un hombre que declara a los cuatro vientos que no la ama porque ama a Salmacis. Para Hermes, Talía es la mujer que no ama y que retiene por lástima, no la quiere, pero Talía es capaz de doblar todo orgullo, todo aprecio por sí misma y va a estorbar, a impedir, a obstaculizar que su hombre, Hermes Έρμῆς , termine en manos de ese amor, del amor de otra mujer.
 
La infidelitas es madre de la venganza y el infidelis la procrea con cada acto sexual, con cada flirteo  de traición y en cada desprecio, cada lástima a Talía la vindicare. Así cada equinoccio la infidelitas se procrea, se aparea con vindicare y renueva la respuesta a infidelis. Vindicare es amante de Proditio y ambos se renuevan con el equinoccio en verano. Talía esta condenada en esos muros a caer en un eterno retorno, donde Vindicare y Proditio se aparean a causa de la infidelitas.
 
Hermes ha procreado con la doncella Salmacis un hijo que la madre no quiere. Ella prefiere abortar antes de quedar en definitiva ligada a Hermes y a su amor. El conjuro del gran abrazo no quedará en ella como cómplice del hermafrodita, el que le gusta inmóvil en el amor, el cunnilingus del placer. Pero los nuevos tiempos dan a la mujer la posibilidad de escapar a la maternidad y por lo tanto a escapar de Hermes, el fauno que quiere devorar doncellas entre los muros de la Academia. Talía es a la vez la amante que espera, que espía, que estorba y cuya dignidad es celestina de los amores de Hermes que no le quiere y lo declara a viva voz entre los muros del liceo, a los cuatro vientos  y los condiscípulos que le rodean; dice cínicamente que la tiene por lástima, porque se somete, se humilla ante él. Así cada fin verano Talía se entrega a los brazos de un nuevo hombre que no es Hermes para saciar su infelicidad y sus deseos y a la vez para rendir culto a Proditio, no sacrificando a su amado, el infidelis sino a otros hombres que caen presa de sus encantos.
 
Cada fin de primavera, se renueva el rito, es necesario asesinar al consorte para que venga uno nuevo. Con la saña de un sicario, procede al levantón y tras la anulación del auto aprecio, desnudo del torso, procede la castración por haberse atrevido a profanar el templo que sólo es "propiedad" de su bien amado. Después será mutilado, partido a cachos para borrar no sólo su existencia, su huella, su memoria, borrarlo del tiempo, de la poesía, despreciar su nacimiento y su paso por su mundo. Un acto que con el fin de la primavera renueva una espera, la espera por Hermes que está pero que nunca vendrá. Destino que Talía piensa está en la desilusión rápida y de la veleidad de su no exclusividad. No hay futuro, es un eterno retorno.

domingo, 25 de agosto de 2013

La decadencia de la burguesía mexicana.

La decadencia de la burguesía mexicana.

Un puñado de hombres son dueños del país. Roberto Hernández, Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, Azcárraga, Lorenzo Servitje, Harp Helú y otros han imperado el país desde que la dinastía Salinas De Gortari los elevó beneficiándolos como los mayores empresarios del país.
 
La burguesía mexicana dejó de ser revolucionaria tras el proceso de industrialización y hoy no porta más que una subjetiva ideología y un poder material que ninguna fuerza del país a podido superar.
 
A diferencia de los años 40, cuando la burguesía industrial transformó al país llevándolo a ser la 13a economía, hoy el país padece uno de los peores estancamientos económicos, expulsión masiva de mano de obra y pérdida de control del Estado que los benefició. Más de la mitad del país vive en la pobreza, mientras que ellos se cuentan en la Lista Forbes de los más ricos del mundo. Ya no responden al país, hoy viven la mayor parte del tiempo en el extranjero y sólo se benefician a sí mismos.
 
Con la ayuda de la clase política, una cleptocracia partidaria, este grupo ya no paga impuestos, no regresa a la nación que les vio nacer nada y de ella extraen todos los beneficios. No viven aquí, la inseguridad los hace tener casas en el exterior, mientras que sólo vienen a administrar sus negocios. Por eso ya no les importa la posición del petróleo como puntal del desarrollo nacional. Quieren lo más rápidamente, vender todo o comprar lo que les beneficia. Y esto lo hacen con la ayuda de la clase política nacional.
 
En el pasado, la burguesía fortaleció el Estado nacional y ahora lo pone en liquidación porque nada le importa ya la suerte del país de los mexicanos. Sus allegados, sus cercanos constituyen los perros guardianes de un sistema decadente donde los mexicanos ya no contamos. El último bastión nacional, de identidad nacional lo constituye la defensa del petróleo y la posibilidad de zafarnos del proyecto neoliberal donde esta clase decadente nos metió. Pocos imaginan el desastre que constituirá que estos potentados logren completar los compromisos hechos con los norteamericanos en el consenso de Washington.

sábado, 17 de agosto de 2013

Contemporáneos en México. La cima de la Literatura mexicana.

Contemporáneos en México. La cima de la Literatura mexicana.

Salvador Novo.

Viaje


   Los nopales nos sacan la lengua
pero los maizales por estaturas
con su copetito mal rapado
y su cuaderno debajo del brazo
nos saludaban con sus mangas rotas.
   Los magueyes hacen gimnasia sueca
de quinientos en fondo
y el sol -policía secreto-
(tira la piedra y esconde la mano)
denuncia nuestra fuga ridícula
en la linterna mágica del prado.
  A la noche nos vengaremos
encendiendo nuestros faroles
y echando por tierra los bosques.
   Alguno que otro árbol
quiere dar clase de filología
Las nubes inspectoras de monumentos
sacuden las maquetas de los montes.
   ¿Quién quiere jugar tennis con nopales y tunas
sobre la red de los telégrafos?
Tomaremos más tarde un baño ruso
en el jacal perdido de la sierra.
Nos bastará un duchazo de arco iris.
Nos secaremos con algún status.

Xavier Villaurrutia

Décima muerte.

I
   Qué prueba de la existencia
habrá mayor que la suerte
de estar viviendo sin verte
y muriendo en tu presencia!
Esta lúcida conciencia
de amar a lo nunca visto
y de esperar lo imprevisto
este caer sin llegar
es la angustia de pensar
que puesto muero existo.
II
   Si en todas partes estás,
en el agua y en la tierra,
en el aire que me encierra
y en el incendio voraz;
y si a todas partes vas
conmigo en el pensamiento,
en el soplo de mi aliento
y en mi sangre confundida
¿No serás, Muerte, en mi vida,
agua, fuego, polvo y viento?
III
   Si tienes manos, que sean
de un tacto sutil y blando
apenas sensible cuando
anestesiado me crean;
y que tus ojos me vean
sin mirarme de tal suerte
que nada me desconcierte
ni tu vista ni tu roce,
para no sentir un goce
ni un dolo contigo, Muerte.
IV
   Por caminos ignorados,
por hendiduras secretas,
por las misteriosas vetas
de troncos recién cortados
te ven mis ojos cerrados
entrar en mi alcoba oscura
a convertir mi envoltura
opaca, febril, cambiante
luminosa, eterna, pura.
V
   No duermo para que al verte
llegar lenta y apagada,
para que al oír voz pausada
tu voz que silencios vierte,
para que al tocar la nada
que envuelve tu cuerpo yerto,
para que a tu olor desierto
pueda sin sombra de sueño,
saber que de ti me adueño,
sentir que muero despierto.
VI
  La aguja del instantero
recorrerá su cuadrante
todo cabrá en un instante
del espacio verdadero
que, ancho, profundo y señero
será elástico a tu paso
de modo que el tiempo cierto
prolongarán nuestro abrazo
y será posible, acaso,
vivir después de muerto.
VII
   En el roce, en el contacto,
en la inefable delicia
de la suprema caricia
que desemboca en el acto,
hay en el misterioso pacto
del espasmo delirante
en que un cielo alucinante
y un infierno de agonía
se funden cuando eres mía
y soy suyo en un instante.
VIII
   Hasta en la ausencia estas viva:
porque te encuentro en el hueco
de una forma y en el eco
de una nota fugitiva;
porque en mi propia saliva
fundes tu sabor sombrío,
y a cambio de lo que es mío
me dejas solo el temor
de hallar hasta en el sabor
la presencia del vacío.
IX
   Si te llevo en mi prendida
y te acaricio y te escondo;
si te alimento en el fondo
de mi más secreta herida;
a mi muerte se te da vida
y goce mi frenesí,
¿qué será, Muerte, de ti
cuando al salir yo al mundo,
desecho el nudo profundo,
tengas que salir de mi?
X
   En vano amenazas, Muerte,
cerrar la boca a mi herida
y poner fin a la vida
con una palabra inerte.
¡Que puedo pensar al verte,
si en mi angustia verdadera
tuve que violar la espera:
si en vista de tu tardanza
para llenar mi esperanza
no hay hora en que yo muera!

sábado, 10 de agosto de 2013

Un país entre la vida y la muerte, los tiempos tormentosos de México.

Un país entre la vida y la muerte, los tiempos tormentosos de México.

Indolencia y tiempos terribles.


Cartel del Golfo ejecuta en vídeo a supuestos zetas.

Muchos lo ignoran, sobre todo en las ciudades más grandes, aunque todos han escuchado hablar de lo que se trata. Las personas mueren por miles en los campos del país, ejecuciones, torturas, sufrimiento indecible. El citadino ignora, prefiere no saber, pasea, vacaciona, tal y como si no sucediese nada. Nuestro país lleva 150 mil muertos en tan sólo 7 años de conflicto. La gente se acostumbra a las cifras, primero 30, luego 40, luego 65 mil y finalmente en Estados Unidos han calculado cerca de 150 mil.

 

Escenas horrorosas de ejecuciones y degolló de personas vivas suben a las redes sociales. Unos cárteles ejecutan a miembros de otros, las novelas de terror y literatura palidecen ante sitios en Internet como el Blog del Narco. Existe no sólo desprecio por la vida humana, sino el maltrato de mujeres y niños, los cuáles no se salvan de este infortunado trato. ¿Quién puede fumar marihuana tranquilamente cuando sabe que el costo es este, las vidas humanas?
 
Paradójicamente el camino puede ser la legalización de la mariguana como la droga de mayor consumo. La bestialidad  ronda en México y el simbolismo de la amenaza cobra víctimas. Los miembros del ejército, un destacamento que desertó para conformar los zetas enseñó a los traficantes las tácticas de terror de la contrainsurgencia, el país esta colombianizado.
 
Son escenas muy fuertes terribles, desagradables para cualquier persona civilizada. Pero reales, cotidianas. La mayoría de la población mexicana desconoce que esto este pasando en nuestro país.
 
¿Qué nos pasó? En todo este tiempo la falta de una respuesta ciudadana que destituyera a los gobernantes que propiciaron todo esto, ha sido tibia. Todos prefirieron ignorar lo que pasaba, total, mientras no nos pase a nosotros, mientras sea un asunto de las zonas rurales, los enfrentamientos esporádicos de las ciudades donde aparecen colgadas personas son tomadas como advertencias.
 
Las personas desaparecen en nuestro país. Niñas de 14 a 17 años son secuestradas para la prostitución sin que las autoridades hagan algo por lo que sucede. Padres angustiados no vuelven a encontrarlas, la impunidad es total. La trata se ha extendido a los migrantes centroamericanos que atraviesan nuestro país, que son recluidos en campos para ser esclavizados. La sociedad resiste, denuncia, se juega la vida.
 
No me gusta escribir demasiado sobre esto, prefiero que quienes han enfrentado de verdad esta situación hablen y reseñen la tragedia mexicana en las zonas rurales. Es tiempo de que la sociedad reaccione como la comunidad de Tepalcatepec, donde la población cansada de las muertes, extorsiones decidió organizarse. Es tiempo de tomar una respuesta civil y social, la falta de democracia en el país tiene funestas consecuencias.
 
 


 


Salió un vídeo de la Tuta, la cabeza de los caballeros templarios que da otra versión sobre las policías comunitarias, lo insertamos ahora porque salió después de la elaboración de este artículo. La Tuta es un profesor normalista que se convirtió en la cabeza de la Familia Michoacana y posteriormente de los caballeros templarios. Cada quién formule su propio criterio

sábado, 3 de agosto de 2013

Pablo Neruda, el más grande poeta del siglo XX

Pablo Neruda, el más grande poeta del siglo XX.

El maestro de mi maestro, Dámaso Alonso decía esto. No se ha valorado, pero la poesía de Neruda es la más importante en el habla hispana. Hoy no valorada porque Neruda cuyo nombre verdadero es Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto tenía una concepción marxista y por lo tanto a mucha de la intelectualidad reaccionaria latinoamericana, que vive de las burguesías locales o internacionales, les molesta que se mezcle arte y política. Tan terrenal y tan mundana que no merece ser objeto de la atención de quienes creen que el idealismo literario es lo más puro y menos contaminados. Me decía un filósofo recientemente que es curioso que los que claman más por el idealismo y el mundo ideal fuera del mundo material sean los que posean los mayores bienes materiales y los gocen, mientras que los materialistas, sean los que padezcan mayor miseria.
 
Pasemos a uno de los poemas de Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
 
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistirá en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin limite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
 
La poesía que me impactó especialmente fue la de la Guerra civil española, recuerdos de adolescencia cuando el club coral de la Preparatoria 6 presentaba en el teatro los poemas selectos de la Guerra Civil. Neruda, Machado, Miguel Hernández, la poesía me rondaba y escuchaba emocionado la declamación de mis compañeros de la Prepa, en los momentos en que 5 vascos eran condenados a morir a garrote vil, mientras que los jóvenes de mi país nos manifestábamos por las calles, poesía y ganar la calle, era algo que no estaba separado.
 
Preguntaréis: Y dónde están las lilas?
Y la metafísica cubierta de amapolas?
Y la lluvia que a menudo golpeaba
sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?

Os voy a contar todo lo que me pasa.
Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.

Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios: era
una bella casa
con perros y chiquillos.
Raúl, te acuerdas?
Te acuerdas, Rafael?
Federico, te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
Hermano, hermano!
Todo
eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llegaba a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaba las calles,
metros, litros, esencia
aguda de la vida,
pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,

delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.

 
.
Y una mañana todo estaba ardiendo,
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.

Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!

Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!

Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallar un día el sitio
del corazón.
Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?

Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
por las calles!