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domingo, 30 de mayo de 2021

La inconsciencia del fracaso

 La inconsciencia del fracaso

La Ilusión y la derrota

Las luchas estudiantiles tomaron nuevos rumbos en este último lustro. De movimientos en defensa de la educación pública, muchos de ellos pasaron a ser francas tendencia reaccionarias a la destrucción de lo que queda de la educación pública de nuestro país.

Y no es que simplemente no se comulgue con ideologías, ideas o posturas políticas, es que la destrucción ha sido litera. Saqueo, destrucción de equipo utilizado para la enseñanza, parálisis en periodos de pandemia, sustitucionismo de sectores no presentes, jacobinismo y falsa radicalidad. Grupos que no claman por una educación científica, crítica y popular, sino que inscriben el epitafio lapidario contra la educación. Todos quereos 10.

Una coyuntura difícil en la que las victimas, se han convertido en victimarios y los victimario en víctimas. Inmóviles las autoridades no tienen dientes, paralizados frente al saque de las hordas, que parecen más fascistas que estudiantes de izquierda por demandas en defensa de la educación. Son la generación de la destrucción educativa frente a la embestida de Peña Nieto y su reforma, es la generación que los ahora morenistas desde el gobierno protegen al no actuar cuando estas personas van destruyendo negocios, mobiliario urbano sin tocar las oficinas del gobierno de la ciudad de México. Mujeres ninjas respaldados por hombres conectadas con el poder a través de cabildos con Sánchez Cordero o Clara Sheinbaum. Apoyando las causas dentro de MORENA contra Muñoz Ledo o Salgado Macedonio, mientras cotidianamente la educación se destruye sin que nadie pueda defenderla.

Es la generación que fue aprobando la educación básica y media bajo las amenazas de las autoridades de no reprobar. He allí las consecuencias. No tienen capacidad de negociar, porque carecen hasta de lógica formal. No tienen los conocimiento básicos, han circulado en la educación violentando y amenazando. Son la bomba de tiempo social. Médicos a los que se les morirán los pacientes, ingenieros que no sabrán calcular las estructuras, que se les colapsarán. Un cúmulo de analfabetas funcionales que las autoridades cobijan mediante becas y dádivas que terminan en la droga y las cervezas.

Los maestros en esa emergencia.

El heroísmo en este caso vuelve a ser de los maestros. Estamos encerrados en las jaulas con las fieras, una vez más nos toca sobrevivir. Matizar que hablamos de generación, pero no hay estereotipos, no todos se comportan igual aunque provienen del mismo ambiente. Como en toda diversidad humana, hay alumnos que no cumplen la regla de sus contemporáneos, que están preocupados, que estudian y quieren salir adelante en un mundo donde la mayor probabilidad es el desempleo, aunque no es karma y depende mucho de una lucha de ellos, su esfuerzo será mayor.

La misión de los profesores hoy es continuar tercos en la necesidad de educar, mejorar y evaluar. Ayudar significa formar en la superación de los problemas, en lograr pensamientos críticos leído como pensamiento científico. A nosotros nos toca enseñar bien a ellos aprender bien. En esto nuestra principal lucha es no regalar nada, evaluar realmente, meter orden en la educación y una disciplina en el buen sentido. Con algunos lo logramos con otros no. Traidor aquél profesor que ceda a la tentación de "no tener problemas" o de oportunistamente ser chabelo "el amigo de todos los niños". Este tipo de profesores deberíamos ayudarles a dedicarse a otra cosa, porque sin duda a la docencia no.

Formar nuevos docentes, formar alumnos, ayudarlos a sus motivaciones personales y a sus aprendizajes. Capacitarles para regresar a la sociedad la educación que nos dieron. Reprobar a quiénes no se esfuerzan, se niegan a aprender, no es un acto de maldad, es un acto de humanidad.