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sábado, 15 de junio de 2013

Generación de Harry Potter, germina la consciencia histórica (III y último)

Resiliencia.

Hoy los jóvenes enfrentan retos que ni siquiera soñamos los jóvenes de los 70. Menos los de los 90 que sumidos en su creencia de que el mundo cambiaría después del muro de Berlín, no se dieron cuenta que jamás los problemas fueron superados. Así que naturalizar los problemas los hace más parecidos a las generaciones domesticadas de los 50, una mayoría silenciosa que era cómplice del poder y que dejaron solos a los que lucharon en ese momento. La marcha del hambre de Nueva Rosita, el mayor intento de libertad sindical con los ferrocarrileros en 58 y las luchas magisteriales unos años antes. Jaramillo, los médicos del 65, los estudiantes de 1968 estuvieron solos ante una mayoría silenciosa y pasiva. Esos son muchos de los miembros de la generación de los 90. Aún contaban con el equilibrio del gobierno a pesar de movimientos tan importantes como el neozapatismo de 1994 y la movilización social del Barzón y el movimiento campesino. No en balde el movimiento del EZLN se da al mismo tiempo de la mayor votación obtenida por el PRI en esa época, la votación de Ernesto Zedillo. Aunque era muy evidente que Salinas De Gortari precipitaba al régimen político, PRI y PAN fueron los operadores fundamentales para cancelar cualquier posibilidad a la izquierda mexicana.
 
Los jóvenes de MORENA están mejor cohesionados
La pérdida de la elección de AMLO en la segunda elección confronta a lo más consciente de los 60 y 70, así como a los jóvenes de la década del milenio, con muchas personas que prefirieron tomar el dinero de MONEX antes de creer en la posibilidad de cambio. Esta frustración desemboca en una especie de resiliencia, es decir la capacidad humana a sobreponernos de una realidad que no podemos cambiar de manera inmediata, pero que nos fortalece al clarificar cuáles son las tareas de los jóvenes en el futuro. Prepararse, aprender el pensamiento crítico y profundo, aprender idiomas. Uno es lo que la escuela lo hace ser, si los estudiantes no escriben bien, es porque el sistema público no se los enseñó a hacer. Los orígenes de pobreza hacen que muchos tengan vicios del lenguaje. Pero la diferencia entre los estudiantes con maestros que les enseñan a escribir bien, sin faltas de ortografía, con una buena sintaxis es que los estudiantes de "abajo" tienen contenido y ese contenido expresa socialmente a la mayoría y lo que el destino de la mayoría comienza a fraguar.
 
Comenzaba mi intervención en estas tres entregas diciendo que el jueves 6 de junio, a pesar de que fui golpeado por agresiones de carácter personal por la que fue mi pareja, cuestión que perdono, pero que no olvidaré, lo que logró sacarme de ese estado fue la discusión que coronaron mis alumnos en el curso Grandes Problemas contemporáneos de México y el mundo. Esas intervenciones me dan mucha fuerza incluso hoy que sigo enfrentando problemas que tengo que superar.
 
La educación es un sistema, sin duda, de reproducción y dominio del sistema en contra de la población. Allí se concentran los roles, el adestramiento y la reproducción del poder. Las nociones de "liderazgo" que siembran en la cabecita de los que representan el 2% de la población mexicana, no funciona en la realidad de miles y miles de jóvenes que se quedan sin escuela y que tienen que hacer varias veces su examen de admisión para poder tener "derecho" a la educación. En escuelas privadas, con altísimas colegiaturas, olvidarlo, las escuelas patito han proliferado por doquier, a expensas de la falta de inversión del Estado en la educación pública. Y sin embargo las grandes limitaciones de la educación privada es que carece de inversión necesaria para crear conocimiento innovador. No hay investigación y menos investigación de calidad en esas escuelas. Las reformas a la educación en los 90 abrieron paso para que los egresados de escuelas privadas, les quitaran sus lugares a los de las escuelas públicas. La reglamentación del pase automático, sólo crea plazas para escuelas sin investigación en las que se enseñan conocimientos repetitivos y poco críticos. La diferencia entre la escuelas básicas públicas y privadas es que en las privadas repiten bien en mayor porcentaje, mientras que en las públicas hay grupos muy grandes, pocos maestros que se dediquen a estas "eficiencias".
 
Lo sucedido en el Yo soy 132 es una muestra de lo que sucede. El montaje de los de escuelas privadas no funcionó porque las escuelas públicas no tienen consonancia. Los grupos más consistentes de las escuelas públicas terminaron en MORENA o en grupos radicales como los anarquistas o los grupos de izquierda socialista. Vuelve a aparecer la militancia en esta generación, los círculos de trabajo, lectura y estudio. El "liderazgo" de los antolinis ya se estrelló en objetivos limitados que no prosperaron como fue la contención de los medios de comunicación y el intento de desmonopolización. Antolini terminó cooptado por las televisoras porque lo que les enseñan en instituciones como el ITAM es el aprovechamiento de opciones. Eso es lo que les enseñan, a escribir bien, a conocer idiomas y a ser oportunistas de manera individual.
 
Los jóvenes más conscientes que dieron significación al Yo Soy 132 ya lo abandonaron. Hoy hablar del Yo soy 132 implica un cascarón vacío que significa desprestigio. Los que se quedaron, al menos en las representaciones de las universidades públicas ya no representan en muchos casos al conjunto del movimiento estudiantil. La resiliencia se manifiesta en que la organización de base ya no depende de los manuales norteamericanos de resistencia pacífica. Los jóvenes comienzan a politizarse y a entender que para poder revertir su situación es necesario mucho más que el manual de Sharp. La diversidad cultural, la descomposición de las clases, la manipulación del crimen organizado por el poder, la pérdida de control del Estado del territorio, las pretensiones de la élite, el quiebre del neoliberalismo y su descomposición en México, son temas que no se discuten en las escuelas privadas sino en las escuelas públicas.
 
Abajo, en las escuelas públicas yo suelo escuchar argumentos sobre la relación cultura y democracia, sociedad y educación. Mis alumnos no redactarán bien, pero a la hora de entender la necesidad de crear una nueva cultura política y de organizarse, son mucho más conscientes que los alumnos de escuelas privadas que confunden el futbol con la política. Ya descubrí que "eres de MORENA" como si ya descubrí que le vas al Barza o al Real Madrid. Los jóvenes de escuelas públicas están enterados de lo que sucede con el MERCOSUR, con el significado de Evo Morales en Bolivia o de Hugo Chávez en Venezuela, escriben con queísmos, barbarismos, anfibologías y otras linduras. Pero lo que escriben los de escuelas privadas son verdaderos barbarismos de contenido, ideas despreciativas y racistas contra los de abajo. La buena redacción entonces no es la construcción de civilización sino la construcción de prepotencia, una prepotencia elitista que refuerza la fractura de nuestra sociedad.
 
La fractura social puede observarse sobre todo en la radicalización de la juventud. Ya no estamos en 68, donde el número sobrepasó a una policía mal armada. Las agresiones policiacas contra los jóvenes toman por sorpresa sobre todo a quiénes protestas pacíficamente. Existe un sector importante de la juventud que va tomando experiencia en la lucha callejera. Es un presagio de que el endurecimiento y la ficción democrática de nuestro país produce nuevos derroteros. El abismo clasista terminará muy mal porque la consciencia de que la lucha pacífica no da resultados comienza a ser una sensación general en todos nosotros y principalmente en los jóvenes que van tomando experiencia frente a policías súper equipadas y represivas.

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