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martes, 4 de diciembre de 2018

Todos queremos a la ENAH, pero la percibimos desde la diversidad

El maniqueísmo mecánico y el falso uso de Marx

Veamos lo que defiende Víctor Ovalle:
En esta época de diversificación temática, todas las expresiones del pensamiento antropológico-histórico y político, se hicieron visibles, aunque la relativización del conocimiento, diluyó cualquier intento de validación científica, de trabajo colegiado u organizativo. Marx continúo siendo el principal referente histórico, aunque ahora para deslindarse de él y sus aportes.
Marx, esto ha sido exagerado, no es el referente del funcionamiento de la ENAH. Puede que sea el referente de las discusiones internas, unos con una pésima lectura del mismo, otros en la discusión real que el autor alemán aporta. Algunos en la ENAH estiran a Marx para validar medicina naturista, ecología y hasta creencias religiosas. No se usa al autor alemán para lo que es realmente importante, el análisis del capitalismo.

Es increíble como estos miembros de la comunidad dividen el relativismo y el marxismo, entre los buenos y los malos. Yo preferiría que se dejara de invocar menos a Marx y se dedicara más a comprender su discurso crítico. Lo que he leído de Ovalle y cía, no tiene nada que ver con el mismo.

La apología por el cierre de instalaciones

La ENAH nunca ha dejado de movilizarse, hemos participado la mayoría en la comunidad. Sin embargo, nunca como hoy la división había aparecido con tanta fuerza. En los últimos 50 años sólo ha habido 3 paros con cierre de instalaciones. Los tres han sido impulsados por el mismo núcleo de alumnos, las mismas personas, que pertenecen al cubículo Pavel González, cambiando el nombre de Carlos Marx, por ser próximos a la ideología anarquista. El primero fue el berrinche porque la mayoría de la escuela representada en el Consejo Técnico decidió empatar el calendario escolar, con el resto de escuelas de educación superior. Miguel Ángel Adame, representante de profesores de Tiempo Completo, no respetando la decisión mayoritaria de su sector votó en sentido contrario a la decisión de las Academias. Como perdieron la votación, él y algunos otros se fueron a un paro loco de tres días contra la decisión mayoritaria de la ENAH.

A partir de ello se inició la discusión entre el Paro Activo y el Paro con cierre de instalaciones. Los paros con cierre de instalaciones los ha venido tomando siempre una minoría en la escuela. Si bien no se cuestiona la solidaridad con los movimientos populares y de trabajadores del país, la peculiaridad de la ENAH es que si tomas las instalaciones, se vacía la escuela, la comunidad deja de asistir. En el pasado se han realizado siempre movilizaciones con las instalaciones abiertas, lo que permite convocar a la comunidad y a mantener a la mayoría activa. Ni siquiera en la estancia de la comandancia zapatista se mantuvieron cerradas las instalaciones a la comunidad. Esto es lo que apologetiza Ovalle:
Así, la permanencia en la Escuela del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el año 2001, el Paro de labores de más de tres días en apoyo al movimiento magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en septiembre de 2013 y las movilizaciones para exigir la aparición con vida de los normalistas de Ayotzinapa en 2014, quedan como efemérides históricas y no como referentes o detonantes de cambios sustanciales en nuestra Escuela, como sí lo fue el movimiento estudiantil de 1968[8].
 El tema es si se cierran o no las instalaciones, no si se apoya o no a los movimientos populares. Este tema es el que ha enfrentado y crispado el tejido social interno. Cerrar no es ni un principio revolucionario, ni la forma real de lucha. Las formas se usan cuando hay necesidades reales, no por principio.
LA ENAH QUE QUEREMOS
La crisis institucional de la ENAH actual nos sugiere que se acerca una nueva época que parece tener dos alternativas: convertirse en una Escuela tecnócrata, pasiva, atomizada y funcional a los designios del Imperialismo o una Escuela con identidad, incluyente, rectora del pensamiento antropológico e histórico, garante del pensamiento crítico y al servicio de la clase trabajadora.
Seguramente Washington tiene planes muy específicos para convertir a la ENAH en una escuela técnica. Frente a ello, este profesor que no tiene buenas evaluaciones ni por sus alumnos nos dará una identidad. Él dice incluyente, pero lo que nos ha demostrado es su continúa acción de dividir. Los buenos y los malos, los imperialistas y los nacionalistas, los críticos al servicio de la clase trabajadora. Él es el bueno y los demás no.


Lo que ha prevalecido en el anterior movimiento, y en la acción de este profesor y su grupo, fue el efecto que su discurso tiene para dividir, enfrentar, satanizar a los otros. Nunca como hoy la comunidad ha sido dividida. Un paro que sumó a todos, terminó separando a la escuela y enfrentándola. Los fantasmas de esta parte de la ENAH ha enseñado intolerancia, protagonismo, incapacidad para sumar e incluir.
En la ENAH aun quedan vestigios valiosos de cada momento histórico por los que ha transitado y que es preciso retomar: de su primera época, promover los liderazgos intelectuales a través de la promoción de la mayor cantidad de proyectos posibles, que permitan a nuestra Escuela volver a ser la Escuela rectora de la Antropología y la Historia de nuestro país, pero dejando de lado el autoritarismo característico de aquella época; de su etapa autogestiva rescatar las instancias de democracia directa como los comités, las asambleas por sectores y la Asamblea General bajo el principio de inclusión de todos los puntos de vista y todas las corrientes políticas, el debate y la confrontación teórico-política en sus instancias correspondientes y el cumplimiento cabal y estricto de acuerdos, cerrando las puertas al dogmatismo, a los fundamentalismos y a la ortodoxia política-académica; de la época inmediata preservar la diversificación temática, garantizando que todas las corrientes de pensamiento de la antropología y la historia tengan cabida en nuestra institución, pero promoviendo la existencia de mecanismos de validación científica como foros y publicaciones, que cierren el paso al nihilismo posmoderno, permitiendo que sea el debate y la utilidad práctica la que decida su permanencia o desuso. Tampoco se puede tolerar la existencia de una burocracia caciquil indiferente a los problemas sustanciales de nuestra Escuela.
El discurso que nos esboza se puede leer como la hegemonía de un grupo, el de él. Nos habla de la  verificación del conocimiento como parámetro de verdad. Bien, pero el análisis esta mal hecho. No sabe Víctor Ovalle que se hace en términos de investigación en la ENAH y mucho menos lo reconoce. Habla desde una gran ignorancia acerca de qué es lo que hacen nuestros compañeros investigadores, a los que él denomina caciques.

Cuando recorro en mi mente los importantes trabajos de Lourdes Marquez, de Tomás Pérez Vejo, los de Francisco Pineda, los de Elio Masferrer, y de tantos investigadores que se mantienen en el Sistema Nacional de Investigadores con su trabajo, pienso que lo lamentable es lo que dice Víctor Ovalle sobre la ENAH.
Se debe empezar por darle dirección y sentido a nuestra institución: la ENAH debe contar con fundamentos éticos claros que guíen su quehacer cotidiano: la búsqueda del bien común a través de la solidaridad, la cooperación y el trabajo en equipo, en que la tradición, el saber y la memoria se impongan a la competencia estéril por los diminutos privilegios.
Pienso que Víctor Ovalle debería dedicarse a cosas importantes, hacer posgrados, prepararse más. Hacer posgrados, leer mucho, acercarse a profesores que le pueden enseñar muchas más cosas de las que sabe. No creo que sepa lo que se hace en investigación en la ENAH en este momento y se dedica sólo a denostar el trabajo. Lo primero que debe tener es humildad y estatura para ver que es lo que se hace, en lugar de estarlo descalificando. 
En la ENAH no puede haber lugar para cacicazgos de ningún tipo, éstos se deberán anular con una reglamentación acorde a sus principios y la participación directa de los tres sectores: estudiantes, profesores y trabajadores.
No obstante, en nuestra institución se deben respetar las jerarquías de edad y académicas, las cuales aportan experiencia y prestigio a nuestra institución. Asimismo, cada sector y miembro de la Escuela debe tener un lugar para realizar plenamente sus funciones y se le deben reconocer plenamente sus derechos. En particular los profesores de Asignatura deberán estar representados en todos los órganos de gobierno y en cada una de las Academias. La Planta de Maestros deberá elaborarse con criterios claros y homogéneos. La estabilidad en el empleo de los profesores de Asignatura redundará en mejoras académicas sustanciales para nuestra Escuela.
¿Criterios homogéneos? ¿Qué son criterios homogéneos? He afirmado y defiendo ese criterio, que se debemos generar, crear plazas de asignatura para un sector de los profesores de HSM. No será para todos los profesores que dan clases, sino para aquellos que brindan sus conocimientos valiosos. Pero esas plazas serán por concurso y esos criterios homogéneos de admisión están en el RAEPCEO. Las plantas tienen criterios claros, profesores que sepan dar la materia, siempre a prueba y si no dan el ancho se van.

Los alumnos han sido los peores "tiranos" para algunos profesores de la coalición. Cuando un profesor es malo, los alumnos son los primeros en reaccionar. Simplemente dejan de inscribirse con ellos y les cierran los grupos. No hay rescisión de contrato, eso es falso, lo que hay es no contratación porque los alumnos dejan de inscribirse con profesores que no han estado a la altura. Las convocatorias son abiertas, tienen requisitos que son los mismos para todos. Un profesor de asignatura debe estar por lo menos titulado y presentarse a competir por una plaza en un concurso de oposición abierto.
La ENAH debe plantearse volver a ser un centro de reflexión antropológica y de la realidad social contemporánea; internamente se deben confrontar las diversas posiciones teóricas y métodos de recolección de datos. Es indispensable promover una actividad académica rigurosa y un ambiente intelectual estimulante.
Cuando leo lo anterior, me acuerdo de los trabajos de mis compañeros. El cuidado y la sistematicidad con la que se han recolectado los datos demográficos de los esqueletos de pobladores mesoamericanos.  La estadística analítica con la que estos datos están siendo analizados en Antropología Física. ¿Existe actividad académica rigurosa? Desde luego, me sorprende que Víctor Ovalle no tenga un buen balance de la mismo.
Se deben debatir los problemas nacionales; nuestra comunidad académica tiene la capacidad de ser un referente de opinión para la población en general y para otras instituciones antropológicas y educativas; tenemos la posibilidad de aportar soluciones a los problemas de la población mexicana, como el de la inseguridad y de contribuir a la preservación del conocimiento ancestral de las diversas comunidades y del patrimonio cultural de nuestro país.
Los alumnos de Historia debaten temas de la Historia del tiempo presente. Ello lo reflejan cuando van a otras instituciones en los Encuentros Nacionales de Estudiantes de Historia. Aquí se discute desde hace años el deterioro del Estado mexicano, la naturaleza del capitalismo actual, los orígenes de la inseguridad y la muerte. Ello sucedía también en Antropología Social cuando impartí materias como Historia y Sociedad en México siglo XX y Grandes problemas contemporáneos de México y el mundo. Toda una generación con la que consolidé una gran amistad. Anarquistas, miembros de la APPO, militantes de MORENAH, todos ellos acudieron a mis cursos donde hubo un gran foro de discusión de los problemas nacionales. Lo que se hace hoy no es mi responsabilidad, pero se han formado generaciones completas que hoy están insertos como líderes sociales en comunidades tanto en Atenco, como en Oaxaca, en Ecatepec, etc. 
Nuestra Escuela también puede ser un referente a nivel internacional, que atraiga estudiantes y profesores-investigadores de diversas regiones del planeta.
Existe conocimiento de nosotros en el extranjero. No obstante ser una escuela pequeña, con pocos apoyos, que se deben ampliar, lo que hace la ENAH es importante. LO sorprendente es que Víctor ni siquiera sepa que se hace y se la pase anulando todo. 

Víctor Ovalle es una voz más en la ENAH. Estará en las discusiones en el Congreso y en las instancias. Lo que reitero es que debemos comenzar a ser críticos, pero también a considerar que las diferencias no deben impedirnos dialogar. Si entramos con el maniqueísmo lo que habrá es división.

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