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sábado, 19 de enero de 2013

El advenimiento del Neoliberalismo (I).

Neoliberalismo, mundo postfordista  en el mundo contemporáneo.

Introducción.

Nómada y un servidor debatimos hace años las visiones del mundo. Somos dos cabezas en torno a una misma cosa. Con el tiempo hemos ido coincidiendo sobre todo en la cuestión mexicana y es que nuestro México es un desastre.

Hace años cuando iniciaba la reflexión sobre que es lo que había encumbrado al mundo reaganiano, en México el país salinista; intentaba resolver esta encurcijada histórica haciendo preguntas básicas sobre el mundo de la producción capitalista. Emprendí mi propio proyecto de investigación en el estudio de la guerra fría, al iniciar el procesos de investigación y más tarde lo trasladé al proyecto sobre el estudio de la sociedad industrial mexicana.

El periodismo mexicano, tan corrupto y tan laxo, con sus excepciones notables, es un merolico repetidor del poder. Su repetición vanal puebla todas las estaciones de radio y desde luego todos los programas de la televisión abierta de nuestro país y muchas emisoras por cable. Poco a poco, a partir del gobierno de Calderón, estos merolicos que hablan de todo y emiten opiniones ideologizadas, son amenizados por patiños que en sus opiniones parecen más bien correligionarios. Se acabó el tiempo en el que los medios querían hacer una imagen de pluralidad y han caído en la más absoluta estandarización de las opiniones. Así como existen hombres masa media, en México los acompañan "locutores" mass media que atienden a un auditorio que los repiten sin la más absoluta reflexión. 

José Martín Mendoza, típico locutor de sentido común.
Hace días escuchaba un programa de radio en el que el locutor habló del tema de la educación desde el yo creo, el yo pienso, haciendo víctimas de su diarrea mental a los maestros de nuestro país. Un tal José Martín Mendoza que se dedica a regañar al público y a moralizar sobre las opiniones que deben ser buenas o malas, acaparando el micrófono sin dar oportunidad al derecho de réplica, una posición no sólo abusiva, prepotente sino además ofensiva contra quién no tiene el micrófono. Lo malo es que genera una opinión pública mediocre basada en creencias y en falacias que cualquiera con un mínimo de lógica y conocimiento puede desbaratar. En el debate sobre el derecho a la educación, este tipo golpeaba con un discurso del esfuerzo y el deber personal, un auténtico pastor del neoliberalismo. Si tuviera la misma oportunidad en una mesa redonda, donde no acaparara el micrófono, los profesores le daría un repasón y lo dejarían en ridiculo.

Y es en esta situación que me gustaría comenzar el diálgo prometido con Nómada sobre el neoliberalismo. Los medios nos han creado creencias comunes que se repiten sin que cuestionemos en lo más mínimo su contenido y su intención. Hay muchos ejemplos de ello: 

El neoliberalismo, la globalización, la caída del socialismo, el mesianismo en López Obrador. Conceptos que fueron creados por los medios y repetidos incesantemente por un negocio donde el ciudadano común queda asimétricamente en el silencio. Nos dicen cuál es la definición, cuando en realidad se trata de campañas mediáticas ideológicas donde se trata de sembrar percepciones de la ideología dominante. En el mundo de la investigación o la academia, que es donde se examina de manera seria estos temas Neoliberalismo no pasa de ser un concepto que se usa para los medios o los carteles, pero que indica la complejidad de los cambios que el capitalismo experimentó desde los años 80.

Autores serios hablan de la recurrencia del imperiliasmo o con precisión de los cambios operados por el mundo postfordista.   No estamos frente al fenómeno de la "globalización" o del "neoliberalismo" concebido como una política económica o el comportamiento natural de la sociedad industrial, sino frente a un conjunto de cambios que operaron desde la base de la organización fordista del sistema capitalista y su tránsito hacia formas de felxibilización de este capitalismo salvaje que estamos viviendo.

Al recorrer este fenómeno, ha sido estudiado por autores de la importancia de Manuel Castell en su mundo de la información; de Joachim Hirsch quién define estos cambios como el Estado nacional de competencia y en mayor o menor medida por otros autores como Held, Bauman que precisan la relación de estos cambios con el mundo político y social. No estamos frente a un mundo natural, moralmente capitalista, sino a cambios que se produjeron por la expansión y la saturación del mundo del capitalismo en todo el mundo. Fenómenos complejos que un periodista de la mini talla de Jesús Martín Mendoza es incapaz de percibir, por lo que le es muy útil al sistema para atacar blancos que él mismo no alcanza a comprender.

Así pues inicio esta serie de reflexiones en torno a estos cambios del mundo actual, tratando de encontrar las claves del mundo que estamos viviendo y como los distintos apelativos que le han puesto son incomprensibles si no atacamos el contenido medular de dichos cambios. Tampoco es comprensible la crisis estructural del sistema capitalista si somos incapaces de entender el curso de los problemas que iniciaron en 2008 con la crisis inmobiliaria norteamericana y como esta representa un viraje al neoregulacionismo en los Estados Unidos.

Es preciso para dejar de pensar con la pobreza que lo hacen muchos medios mexicanos y sus epigonos. Problemas complejos requieren pensamientos más complejos, un análisis serio y una reflexión profunda con conocimientos. Los problemas no se resolverán si seguimos en la pobreza y la corrupción con la que los medios se silencian frente a estos problemas. Iniciamos pues esta serie, me gustan sus comentarios, las presentes reflexiones serán difundidas en las redes sociales.

2 comentarios:

  1. Muy buen enfoque, le felicito y estaré muy atenta para dar seguimiento. Saludos.

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  2. Nómada escirbe: Muy buen enfoque, le felicito y estaré muy atenta para dar seguimiento. Saludos.
    GBN comenta Gracias por el comentario, vamos en la parte del Estado de Bienestar que como se observará se ha confundido con el socialismo, cuando en realidad es capitalismo.

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