Una de las constantes a las que me he enfrentado en los foros de política en México, es la emoción negativa con la que los conservadores enfrentan la idea de una izquierda en el poder en México. En muchos caos sus alusiones y sus intenciones reflejan el objetivo de que en México la democracia puede marchar sin la izquierda.
En la elección de 2006 la izquierda electoral mexicana obtuvo 15 millones de votos frente a los 15 millones de votos con los que supuestamente ganó Felipe Calderón de Acción Nacional (Democracia Cristiana mexicana). El PRI sólo consiguió 10 millones de votos por su candidato presidencial.
Si más de un tercio de los votos son para la izquierda mexicana ¿cómo pensar en eliminarla? Los intentos no han sido poco, el tribunal electoral en México ha sido señalado por su ingerencia en las elecciones del PRD, principal fuerza política de la coalición "Por el Bien de todos", plataforma electoral que reunión al Partido del Trabajo (PT), al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y al Partido Convergencia Democrática (CD). Hoy la izquierda se ha reunido de nuevo en el Diálogo para la Reconstrucción de México mejor conocido como el DÍA. El frente ha reconocido la necesidad de postular un candidato único a la Presidencia de la República en 2012 y ha acordado impulsar al mejor posicionado en su momento para la elección.
Hasta el momento los mejores candidatos siguen siendo, a pesar de la derecha Andrés Manuel López Obrador AMLO y el jefe de gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrard Casaubon.
AMLO ha sido un hombre especialmente odiado por la derecha mexicana. Lo ven como un rival y como una amenaza.
Tiene un enorme arrastre popular, las masas confían en él, es un personaje carismático al cuál ni las campañas de difamación, ni la enorme publicidad en su contra ha podido disminuir.
La reciente maniobra de Enrique Peña Nieto, el puntero priísta es revelador por cuanto nos dice el enorme temor que no sólo el PAN, sino también el PRI tienen por este hombre. Peña Nieto pactó que el PAN no entrara en alianzas con el PRD bajo ninguna circunstancia a cambio de que el PRI aprobara el paquete fiscal del Presidente Calderón.
Las encuestas no reflejan entonces el verdadero posicionamiento de Obrador, pues si Peña Nieto tuviera realmente el 40 % y AMLO el 7 % no habría porque pactar con el PAN nada.
La propia Derecha apuesta porque Ebrard llegue a la candidatura y desplace a Obrador. Ebrard por cierto salió de las filas obradoristas y tiene un interés propio en llegar a la Presidencia de México.
Las encuestas recientes repiten sin cesar que Obrador esta acabado, la más reciente elaborada por Mitofsky lo ubica en un alejado 13 % del candidato prísta Peña Nieto que contaría con 39.6 % de la intención de voto.
En un esfuerzo desesperado, el PAN quiere hacer una reforma electoral, dónde el fin acepta las dos vueltas electorales. Calcula que en alianza con el PRI la coalición en la segunda vuelta podría lograr cerca del 60 % de la votación anulando de esta manera a la izquierda. Toda la reforma busca anular los apoyos de los partidos pequeños como el PT y Convergencia, disminuyendo los puestos en el parlamento, para que la izquierda no pueda obtener escaños en la redistribución de los distritos electorales.
Lo que es un hecho es que el PAN va totalmente a la baja y muchos panistas ven en el PRI la posibilidad de detener a la Izquierda.
La izquierda tocó fondo en noviembre de 2009, cuando la división sembrada por Nueva Izquierda (facción apoyada por el PAN) manejó la elección de 2009. Según Mitofsky el PRD cayó al 6.7 % de apoyo. A partir de ese momento a pesar de que la encuesta preserva al PRD en tercer lugar, el mayor partido de izquierda de México ha remontado según Mitofsky al 10.8 % del electorado.
El PAN ha corrido con peor suerte, en plena elección, en 2009 gozaba según esta encuesta del 24.0 % del electorado. Hoy ha caído al 16.4 % de la preferencia electoral según los encuestadores.
La alianza fallida del PAN con el PRI es reveladora, pues si de acuerdo a esta encuesta, en febrero de 2010 Peña Nieto tenía 39.6 % de la preferencia, por que temer una alianza PRD-PAN cuando sumarían 27.2 %, el PRI los aventajaría en más de 10 puntos, lo que quita incluso los niveles de incertidumbre. Al parecer las cosas estan mucho más cerradas que como lo pintan las encuestas hoy en México.
Esperemos a ver que pasa, saludos
ResponderEliminarEsperemos, gracias por el coemntario
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